El Espanyol echó un jarro de agua fría en el Vicente Calderón al vencer al Atlético de Madrid (1-2) en un encuentro extraño y bronco, marcado por las decisiones arbitrales, que dejaron a los locales con nueve hombres.
Comenzó el partido con buena pinta para el Espanyol. El equipo catalán tenía el balón, el mando del partido, a costa de un Atlético desorientado y con sus dos puntas, Agüero y Forlán, totalmente desconectados de los centrocampistas.
Una decisión rigurosa del colegiado dio un rumbo radical a la contienda. En el minuto 30, se produjo la expulsión del Kun Agüero por revolverse ante Torrejón.
Sin embargo, Simao, con un golazo espectacular, puso por delante a los locales de falta directa.
La segunda parte fue un monólogo para el Espanyol, que salió obligado a por el empate y lo logró muy pronto por mediación de Tamudo en el 52.
Al tanto le siguió la segunda amarilla Pernía, dejando vía libre a los pericos para dar la puntilla al partido Luis García.
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