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Goleada y siesta del Madrid

  • El equipo de Mourinho, que suma su victoria 100 en el equipo blanco, sentencia en apenas dos minutos · El Zaragoza merece más y la grada silba a los locales

El Real Madrid acabó goleando a un Real Zaragoza que llegaba en racha al estadio Santiago Bernabéu, en un partido sentenciado al ritmo argentino de Higuaín y Di María, en el que tras la siesta y con la mente en el duelo ante el Borussia Dortmund, Essien y Modric pusieron el broche.

Hasta los dos primeros goles se mantuvo en pie el equipo de Manolo Jiménez. Bien posicionado y confiando en la pegada de Helder Postiga para dar algún susto a un Madrid que tiene prohibido dejarse puntos en su persecución al Barcelona, un líder que no falla.

El regreso de Arbeloa solventó los quebraderos de cabeza de Mourinho en el lado izquierdo. Essien pudo jugar de medio centro y Modric hizo de Xabi Alonso. Tiene calidad y personalidad para ello.

Tardaron catorce minutos en llegar las ocasiones. Dos remates de cabeza de Cristiano merodearon el gol. Llegaba el momento del tango sobre el césped. En dos minutos Higuaín y Di María dieron carpetazo al duelo. El primer gol tras un saque de esquina puesto por Özil y rematado por Albiol. El balón quedó muerto, tras un paradón de Roberto, para que Higuaín marcase el primer a placer. Era el minuto 23 y, sólo dos después, una posesión madridista acabó con balón abierto al costado izquierdo a Di María. Tras intentar un centro se sacó un zurdazo seco que repelió Roberto. El rechace volvió a caer al Fideo que la rompió arriba.

La baja intensidad del equipo contrastó con la actitud de Cristiano por anotar goles que le permitan igualar su pulso histórico con Messi. Es inevitable que ante la cercanía de un duelo importante para la resolución del grupo de Liga de Campeones, el jugador tienda a relajarse. El Real Madrid levantó el pie del acelerador en el segundo acto. Se dejó llevar.

Y se encontró con el rechazo de su afición. Silbidos a 20 minutos de siesta en los que el Zaragoza pudo meterse en el partido si no es por Casillas, por el travesaño que repelió un tiro de José Mari, o por la decisión del colegiado de anular un gol a Postiga, en una maniobra perfecta y en línea con la zaga.

No fue la jornada de Messi y tampoco la de Cristiano. Un cañonazo de falta a 30 metros dobló las manos a Roberto e hizo temblar la portería tras estrellarse en la madera y el portero acabó el partido respondiendo a otras dos ocasiones del portugués. Nada pudo hacer ante el gol de Essien, y ante el disparo final ajustado de Modric para cerrar la victoria 100 de Mourinho en el Madrid.

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