El Valencia, con dos tempraneros goles del ex bético Joaquín, encarriló la eliminatoria de octavos de final de la Copa frente a un Betis que replicó en los primeros instantes de la segunda mitad por medio del argentino Mariano Pavone pero que, desde la propia alineación plagada de suplentes, no dio la impresión de tomarse en serio la competición.

El internacional formado en los escalafones inferiores verdiblancos no tardó nada en abrir el marcador. En la primera llegada con peligro de su equipo, David Silva centró desde la derecha y Joaquín cabeceó a red de forma inapelable.

Antes del cuarto de hora, el portuense dobló la renta. Ronald Koeman lo había alineado como delantero centro y Joaquín no decepcionaba, pues volvía a marcar en una jugada calcada a la anterior, también a pase de Silva.

Las bajas de Morientes y Villa habían obligado al entrenador del Valencia a improvisar en la posición de ariete pero las facilidades que daban Lima y Zamora, los dos noveles que Paco Chaparro había colocado como centrales, convertían a un extremo como Joaquín en un eficacísimo delantero centro.

El resto de la primera parte resultó un festival de toque de los valencianistas, cuyas jugadas eran coreadas con irónicos olés por los aficionados béticos. Daba incluso la impresión de que los visitantes no querían hacer más sangre a un rival entregado aunque Pavone, pasada la media hora, avisaba de que su equipo seguía vivo con un remate al poste. Los dos cambios introducidos por el técnico del Betis en el descanso infundieron bríos a los locales, que cercaron a su rival en los primeros instantes de la segunda mitad y obtuvieron el premio del gol a la salida de un córner prolongado por Lima y rematado a la red al alimón por Pavone y Helguera.

Sin solución de continuidad, fue expulsado por doble amonestación Javier Arizmendi, lo que removió los ánimos de la grada, hasta entonces muy enfadada con su equipo. En superioridad numérica y espoleado por el público, el Betis creyó que era posible volver a meterse en la eliminatoria.

Aunque una acción infantil del argentino Leandro Somoza, que también vio la segunda amarilla, igualó las fuerzas poco después, el Betis seguía con la misma inercia atacante y estuvo a punto de lograr el empate por medio del también argentino Caffa, que realizó una estupenda acción individual pero el argentino no pudo batir al alemán Timo Hildebrand, muy veloz en su salida. De este modo, se esfumó la última ocasión del Betis.