Baloncesto l Liga ACB

El Madrid prepara la cosecha

  • Si el DKV no gana hoy, los blancos serán campeones de la fase regular

El Real Madrid perdió el tren de las eliminatorias en la Euroliga por una mala noche en la que perdonó la vida al Maccabi Tel Aviv y despidió la Copa del Rey con una derrota en semifinales ante el DKV Joventut, posterior campeón, así que estaba deseando recoger algún fruto concreto a todo el esfuerzo de esta fase de la temporada y lo dejó todo preparado con un festín ante el Barcelona para recolectar una opípara cosecha que puede materializarse hoy mismo.

El Madrid, aparte del gusto de batir tan ampliamente a su gran competidor, tiene ahora dos jornadas para cerrar matemáticamente el liderato de la primera fase y, con ello, reservarse la ventaja de campo hasta el final de las series por el título y garantizarse un puesto en la Euroliga 2008-09. Es más, obliga al DKV Joventut a ganar hoy en Málaga al Unicaja para que ese tesoro quede a buen recaudo.

En cuanto al partido, Pepe Sánchez tomó las riendas para presentar a un Barca serio, fuerte en la pintura y con mucho criterio ofensivo. Pero el Madrid también fue fiel a su apuesta. El elevado marcador conjunto del primer cuarto daba fe de que nadie había titubeado (27-27). La sensación desde fuera de la pista apuntaba, incluso, que el ataque barcelonés ofrecía mayores garantías, que al Madrid, por momentos, le traicionaba la selección de tiro. Sin embargo, era una apariencia, un espejismo. Un inmenso segundo cuarto de Fran Vázquez, que ha experimentado un repunte notable, no sólo en rendimiento, sino en actitud y en peso específico dentro del plantel de Xavi Pascual, ocultó la realidad, pero no por mucho tiempo.

Los prolegómenos del descanso marcaron el principio del fin del Barcelona. El turco Kemal Tunceri cerró un 5-0 y situó la diferencia en nueve puntos (53-44).

El equipo de Joan Plaza sólo dejó anotar once puntos al Barcelona en todo el tercer cuarto. Elevó las diferencias a cotas muy duras para el que va por detrás del marcador en esta clase de encuentros (74-55, 30'). La lógica bajada de intensidad madrileña según el reloj descontaba segundos y la dignidad deportiva del Barcelona terminaron de maquillar un tanteador doloroso.

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