El Málaga dio ayer un paso más en su objetivo de conseguir el ascenso de categoría tras la victoria de ayer por 3-2 contra el Sporting de Gijón, con la que cortó una mala racha con la que había ralentizado su suma de puntos.

El equipo blanquiazul tuvo que remontar un 0-1 adverso, pero al minuto de encajar este gol logró la igualada y en un excelente segundo tiempo le dio la vuelta al marcador.

Pese a los goles, los primeros 45 minutos no fueron excesivamente buenos ya que ni uno ni otro equipo desplegó un juego vistoso; hubo mucho respeto y mucho miedo, con tensión y nervios.

El Sporting se mostró mejor situado en el campo y en el minuto 15 una jugada de Pedro por la banda derecha culminó con un centro para el ex malaguista Diego Castro, que sólo tuvo que empujar el balón dentro de la portería de Goitia.

No obstante, el Málaga apeló a su poder de reacción y lo demostró un minuto después, con un centro de Rossato por la izquierda y el remate de cabeza del delantero franco-marroquí Nabil Baha entró por toda la escuadra.

La segunda parte ofreció una cara muy distinta, aunque en los primeros compases el Málaga salió igual que en el primer tiempo y el Sporting continuaba atacando pero sin definir. Fue en el minuto 56, tras un centro de Gámez por la derecha, cuando Antonio Hidalgo, con un remate de cabeza preciso, adelantaba a los malaguistas.

El técnico del Málaga comenzó a mover el banquillo y un joven del filial, el centrocampista Gerardo, ex sportinguista, marcó el tercer gol (minuto 70).

Manolo Preciado sacó al batallón de ataque con Omar, Hidalgo y Kike Mateo, para intentar recortar diferencias, algo que logró Hidalgo tras un centro de su compañero Pedro.