Los jugadores argentinos, en especial David Nalbandian, líder del equipo de la Copa Davis de su país, eligieron a Córdoba como sede de la final ante España y mantuvieron su postura contra viento y marea ante la posibilidad de que se opte por Mar del Plata o Buenos Aires.

La decisión de los dirigentes de la Asociación Argentina de Tenis de proponer a Córdoba como sede ante la Federación Internacional es absolutamente deportiva y está relacionada con la conveniencia de jugar sobre una pista dura, con la acústica de un estadio cerrado que convierte al público en un jugador más para el equipo local.

También se tuvo en cuenta que Córdoba, situada en el centro geográfico de Argentina, tiene una altitud de alrededor de 600 metros sobre el nivel del mar, que puede afectar al equipo visitante o, al menos, preocuparlo.

"A Rafa Nadal y a los otros muchachos españoles hay que sacarlos de la tierra batida, en la que son reyes", se ha repetido esta semana en el ambiente del tenis local, en el que queda claro que Nalbandian y Juan Martín del Potro, otro fijo en los individuales, "se sienten mas cómodos en superficies sintéticas", como si no fueran argentinos, especialistas en "polvo de ladrillo".

Euclides Bugliotti, presidente del grupo de empresarios que explota el estadio Orfeo de Córdoba, ha dicho que harán las tareas necesarias en ese recinto, con capacidad para 9.000 espectadores, para ampliarlo a 12.000.