Xerez | córdoba · la crónica

Porato evitó que el puntito 'volase'

  • Empate a nada El Xerez no fue capaz de doblegar a un Córdoba que se quedó con diez a la media hora por la expulsión del centrocampista Ito

Nueva decepción en Chapín y van esta temporada... El Xerez no acaba de convencer y cada vez es más víctima de sus nervios, de sus imprecisiones y de su incapacidad para salir a flote. Es cierto que el Deportivo lleva tres jornadas sin perder y que suma dos sin encajar goles pero esos datos son tan pobres que no sirven apenas de nada, entre otras cosas porque a este equipo y a este cuadro técnico hay que exigirle mucho más.

Nadie les pide el ascenso ni codearse con los primeros de tabla porque ese objetivo nunca se vendió pero sí hay que solicitarles un rendimiento mucho más alto y pasar menos apuros de los que están pasando y de los que les quedan por pasar.

Una vez más, el Xerez, entre lo pachucho de su juego, simple y previsible, y las veces que tropezó contra el inteligente y ordenado sistema cordobés, dio con sus huesos de rey del empate en la cuneta. Y eso que se le puso todo a favor cuando en el minuto 35 Bernabé García expulsó de forma rigurosa a Ito por doble amarilla, en una jugada que acabó también con Paco Jémez, técnico blanquiverde, en la grada por protestar la decisión del murciano.

El choque arrancó frío, como la tarde, y dos pérdidas de balón de Luque cuando apenas se llevaban diez minutos de partido provocaron los primeros pitos de un nervioso público porque el Córdoba se plantó ante Porato. Luego, menos mal que ni Javi Moreno ni Asen superior resolver.

En el minuto 27, una larga jugada de ataque de los visitantes no acabó en gol de puro milagro. Un fallo en bloque de la defensa terminó con un tiro de Javi Moreno, en posible fuera de juego, que se estrelló en el palo. Más tarde, cuando el reloj marcaba la recta final del primer periodo, una internada de Guzmán en el área la frenó Mendoza, que llegó a tocar el balón casi lo justo. Los visitantes reclamaron penalti.

El Xerez no se acercó a la meta de Valle casi hasta el tiempo de prolongación, con una acción de Carlos Calvo que terminó en un saque de esquina que se lanzó sin consecuencias.

La reacción de la afición fue inmediata, pitos a un equipo que no estuvo a la altura de las circunstancias y que se vio neutralizado por un Córdoba con diez tras la expulsión de Ito.

La primera parte fue casi un suplicio para los seguidores xerecistas, que no tuvieron más remedio que desesperarse ante la imagen de un Deportivo que se mostró nervioso, tenso, sin ideas en el centro del campo -Luque estuvo perdido-, sin bandas porque ni Pedro Ríos ni Momo -el canario además se lesionó y aguantó el tipo como pudo- estuvieron cómodos y sin ataque porque Yordi volvió a ser un islote al que no le llegó ni un balón en condiciones y Carlos Calvo fue anulado totalmente por los rivales.

Casuco en el descanso no lo debía tener demasiado claro porque sacó el mismo once en la reanudación pero a los cinco minutos realizó un doble cambio. Un Luque irreconocible y un trabajador pero desafortunado Pedro Ríos dejaron sus plazas a Abel Aguilar y Antoñito, que nada más entrar en el campo protagonizó una de las jugadas más peligrosas de su equipo, con una acción que acabó con falta en la frontal del área. La falta la botó Momo a la barrera y el rechace le cayó a Yordi, que remató de chilena a las manos de Valle.

A la hora de partido, un centro de Portela al corazón del área fue cazado por Carlos Calvo, que se asustó de lo fácil que lo tenía y tiró raso, flojo y a las manos de Valle.

Los azulinos mejoraron con los cambios y le pusieron tanto empeño como precipitación y no supieron aprovechar esos minutos explosivos en los que debió hacerle daño a un rival que se agazapó atrás y que se limitó a buscar una contra con la que hacer daño.

Las fuerzas se le fueron terminando a los azulinos y en el minuto 79, San Porato salvó los muebles con dos paradas impresionantes. Primero rechazó un tiro de Juanlu y luego otro de Asen, que recogió el rechace del meta y le fusiló a bocajarro.

El último cartucho que le quedaba al técnico azulino para enmendar la plana tampoco dio resultados. Marco Navas fue la alternativa, cuando la grada esperaba a Adrián Martín o a Aarón. El sevillano aporta trabajo a destajo pero quizás lo que el equipo más necesitaba en esos minutos era desequilibrio y desborde.

Al final, otro empate que no sirve para salir de hoyo.

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