El Barcelona empezó la segunda vuelta del mismo modo que acabó la primera: con goleada en el Camp Nou, esta vez ante un voluntarioso Numancia, y ofreciendo una sensación de superioridad que puede llevar a la conclusión de que la Liga tiene dueño.

El conjunto azulgrana arrastraba una cuenta pendiente con el Numancia, el único equipo que ha sido capaz de vencerle en Liga (1-0). Sin embargo, aquella victoria se produjo en la primera jornada del torneo, cuando el proyecto de Pep Guardiola se encontraba aún en fase embrionaria.

El partido prometía condiciones numantinas, pero el temporal de viento que durante todo el día azotó a Cataluña remitió sensiblemente antes del choque. En cualquier caso, la mejora de las condiciones no varió el guión de los visitantes, que plantaron su muralla de cinco defensas y cuatro medios con las líneas juntas.

La previsible táctica de Sergio Kresic fue contrarrestada por Guardiola adelantado 20 metros a sus dos laterales, Alves y Abidal, quienes doblaban constantemente a Messi y Henry por las bandas.

El partido insinuaba prematuramente una nueva goleada local. Sin embargo, tras un cuarto de hora de monólogo azulgrana, el Numancia se desperezó con una llegada de Bellvís por la izquierda que culminó Del Pino con un testarazo a la escuadra. Pérez Lasa, no obstante, anuló el tanto visitante por una discutible falta de Del Pino a Iniesta.

Messi y Alves empezaron a hacer de las suyas, y Xavi, Piqué, Iniesta tuvieron tres ocasiones clarísimas para abrir la cuenta antes del descanso. Pero el gol no llegó hasta justo después de la reanudación, en una pequeña obra de arte de Alves, tras pase de Xavi, que culminó Messi. Cuatro minutos después, Eto'o haría el segundo al recibir entre líneas de Iniesta y ganarle el mano a mano el guardameta del Numancia.

Parecía que el Barça había finiquitado el partido, pero el conjunto soriano no se arrugó y sacó petróleo de las jugadas a balón parado. En la primera de ellas, una falta en la frontal por unas manos involuntarias de Piqué, Barkero lanzó un obús que superó la barrera y también a Valdés. Nagore lo probó poco después pero esta vez pilló bien colocado al meta azulgrana. Y el Barça, por primera vez pareció ausentarse por momentos del partido.

Pero si el equipo de Guardiola ahora mismo va sobrado de algo es de pegada, sobre todo la de sus tres puntas. Henry sacó su equipo del pequeño apuro con un remate a la media vuelta y Messi, en jugada personal, sentenció con el cuarto cinco minutos después.