Una temporada más y van dos, el Xerez vuelve a competir en Primera Andaluza. Le ha costado Dios y ayuda pero lo ha logrado. Después de un verano de lo más turbulento, con el intento de unificación fallido con el Xerez DFC y el auto de liquidación emitido por parte del Juzgado de lo Mercantil de Cádiz sobre la mesa, el Deportivo arranca una campaña marcada por la austeridad pero con la ilusión por bandera. Esta vez, el equipo volverá a disputar sus encuentros en Chapín, su 'casa' desde su construcción en 1988, espera estar arropado por muchos más aficionados que el pasado curso en La Juventud y subir un peldaño a nivel deportivo, aunque no será nada fácil, todo lo contrario.

Con un cuerpo técnico totalmente nuevo y una plantilla también prácticamente nueva -sólo siguen ocho futbolistas-, el Xerez parte con el objetivo de luchar por una de las siete primeras plazas, esas que permitirán jugar la próxima temporada en División de Honor. El ascenso directo a Tercera es más sueño que una meta real.

Vicente Vargas se ha hecho cargo de un plantel que la pasada campaña dirigió Mendoza y compagina esa función con la de director deportivo. Ha recuperado para el fútbol al centrocampista Cheché, un jugador en el que ha depositado muchas ilusiones, aunque lleva varios años inactivo y debe recuperar su mejor nivel.