Fernando Alonso agarra su smartphone y hace una foto. Una oportunidad así no puede perdérsela. Siete cámaras de televisión le apuntan y la prensa se apelotona en unos pocos metros entre dos motorhomes. Hace calor en Abu Dhabi, incluso a la sombra, pero el español mantiene la cabeza fría.

Con los ojos escondidos tras una grandes gafas de sol, el piloto de Ferrari habla sobre la lucha por el Mundial de Fórmula 1 contra el alemán Sebastian Vettel y está "cien por cien confiado" de que al final se llevará su tercer título, después de los de 2005 y 2006.

Alonso viajó a Abu Dhabi desde India con 13 puntos de desventaja, pero el pasado gran premio dio una prueba verdaderamente impresionante de lo que es capaz. Desde el puesto cinco, remontó al segundo lugar, con adelantamientos espectaculares incluidos. Sin embargo, con Vettel no pudo.

"Partimos de la base de que en cinco días no vamos a poder cerrar el hueco con Red Bull", admitió a tres carreras del final del campeonato Alonso.

¿Cómo piensa entonces ganar al alemán? Precisamente, donde en 2010 perdió el Mundial en un dramático final. Precisamente, donde Vettel ganó ya dos veces y él ninguna. "Sabemos que el Red Bull a veces es un poco propenso a los fallos", advirtió Alonso, que mencionó el problema de Mark Webber en India, donde adelantó al australiano aprovechando un error en su KERS. Estar ahí cuando Vettel y Red Bull cometan un error o tengan un problema. De otra forma, en principio, no parece posible para el piloto de 31 años. El "botón mágico" no existe, señala Alonso, aficionado a la magia. Sólo trabajo duro y fe en sí mismo, y en la legendaria escudería roja.

El español desmintió en Abu Dhabi una supuesta disputa con el director técnico de Ferrari, Pat Fry, difundida por La Stampa. "Normalmente cuando estás en la lucha por el título, la prensa de otros países intenta desestabilizar. Pero en esta ocasión la desestabilización ha llegado desde Italia", dijo.

Alonso es quien debe arrastrar al equipo. Ganador de 30 grandes premios, el español es quien debe devolver finalmente el título a Maranello por primera vez desde 2007, cuando ganó con el finlandés Kimi Raikkonen.

"Si todos estuvieran al nivel de Fernando, podríamos ganar títulos y carreras cada día y cada fin de semana", se entusiasmó el jefe del equipo, Stefano Domenicali, que ve "muchos paralelismos" con Michael Schumacher.

Alonso es para Domenicali un punto de referencia en la Scuderia. El italiano fue uno de los que más fuerte apostó por la contratación del español desde Renault en 2010. "Más no puede rendir", opinó en junio sobre el piloto, que realizó hasta ahora un trabajo "increíble".

Sin embargo, Vettel también lo ha hecho, principalmente en la segunda mitad de la temporada. El español ganó tres de las diez primeras carreras (Malasia, Europa y Alemania), pero nada más desde el triunfo en Hockenheimring, el 22 de julio. Vettel ganó la cuarta prueba del año, en Bahréin, y esperó cinco meses hasta su explosión. Desde su victoria en Singapur, está imbatido en los últimos cuatro grandes premios.

Pero Alonso no se rinde. Fiel al tatuaje de un samurai que tiene en la espalda, tuitea proverbios guerreros. Asiduo de las redes sociales, utiliza Facebook y Twitter para proyectar una imagen hacia el exterior. Incluso el acoso de la prensa rosa lo combate publicando sus propias fotos con su actual novia, Dasha Kapustina. Algo así es impensable en Vettel apenas se interese por las redes sociales. Alonso en un lado, Vettel en el otro.