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La clase alta persigue el techo europeo

  • Villarreal y Valencia juegan para consolidar sus puestos de privilegio

El Villarreal y el Valencia comienzan la segunda vuelta de la competición liguera con la idea de prolongar las buenas sensaciones que los han llevado a ocupar los puestos que dan derecho a la clasificación europea en la próxima temporada.

En el duelo regional, el Villarreal recibe al Levante en un partido marcado por la diferencia clasificatoria entre ambos equipos, así como por las aspiraciones locales de acercarse a los puestos de Liga de Campeones y las forasteras de alejarse de la zona de descenso.

El partido de rivalidad valenciana también llega condicionado por la alta moral del equipo que entrena Javier Calleja después de la victoria histórica lograda la pasada semana en el Santiago Bernabéu y por los problemas del conjunto valenciano, que no gana desde noviembre y está inmerso en una crisis de juego y goles.

Además, el Villarreal no ha ganado en La Cerámica en los últimos tres partidos ligueros y necesita hacerlo para no depender sólo de los puntos que suma como visitante, mientras que el Levante, con la excepción de su última derrota en el Camp Nou, llevaba hasta entonces cinco partidos sin perder a domicilio.

En el segundo choque de la jornada, Las Palmas recibe en casa al Valencia. Se trata de un choque vital para el conjunto grancanario, último clasificado con sólo 11 puntos, mientras que el cuadro ché buscará la victoria para intentar asaltar el segundo puesto con permiso del Atlético de Madrid, al que visitará dentro de dos jornadas, consolidando así el puesto de Champions.

Para la Unión Deportiva volverá a ser un choque clave, una nueva final en el inicio de una segunda mitad liguera en la que, probablemente, ni siquiera le baste con doblar los puntos conseguidos hasta ahora. Por eso Paco Jémez ya empieza a echar mano de las matemáticas y a hacer cálculos de las victorias necesarias para lograr la permanencia. Serán entre ocho y nueve triunfos en los 19 partidos que restan hasta finalizar la competición, un objetivo a la altura de los dioses.

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