El Xerez Deportivo necesita unos 35.000 euros para poder competir la próxima temporada por segunda campaña consecutiva en Primera Andaluza. Ricardo García ya sabe la cantidad que tiene que buscar para poder hacer frente a parte de las deudas contraídas tanto con futbolistas como con entrenadores de temporadas anteriores.

José Vega, Toni Lechuga y Manuel Ruz se llevan la mayor parte de esa cantidad, pero también hay partidas importantes pendientes con entrenadores, entre ellos Pepichi Torres, que presentó una denuncia el pasado año cuando abandonó el Xerez B para hacerse cargo del Chipiona por un importe que asciende a más de cuatro mil euros.

Igualmente, el club tiene que saldar deudas tanto con la Federación Andaluza en concepto de multas tanto por incidentes de público como por las sanciones a los jugadores y como con el Colegio de Entrenadores, que tampoco tramitará licencias si no está al corriente de pagos.

Hasta el momento, el empresario sevillano ha negociado pero no ha pagado, por lo que le quedan pocos días para buscar recursos. El día 1 está a la vuelta de la esquina y tendrá que cerrar un nuevo y definitivo encuentro con el grupo de aficionados que pretende hacerse con las riendas del club de cara al futuro.

El grupo de aficionados, por su parte, también trabaja para buscar fórmulas alternativas y recuperar las acciones mediante la Fundación del Xerez Deportivo es su objetivo.

En ese sentido, con la dimisión hace ya varios meses de su presidente Francisco Javier Ruiz Sánchez, el vacío es enorme y también intenta solventar las medidas legales necesarias para convocar una reunión del Patronato.

En ese caso, la figura de Francisco Gallardo, exsecretario del consejo de administración xerecista, también habría que tenerla en cuenta, ya que en su día demostró que poseía un 55,323% de las acciones que Energy tiene de la entidad a través de una dación de pago de 140.000 euros.

Gallardo, aunque sigue sin inscribir las acciones en el Registro Mercantil pero ya con el visto bueno para hacerlo por parte del Consejo Superior de Deportes (CSD), dejó claro desde el primer momento que su intención era la de no liquidad a la entidad y sí procurar un acuerdo con los aficionados para entregar las acciones a la Fundación o sentarse a analizar la situación con cualquier grupo que estuviese interesado en la sociedad.