La XII edición del Mundial de atletismo en pista cubierta confirmó el potencial de los atletas de renombre, algunos de los cuales probablemente se presentarán en los Juegos Olímpicos de Pekín con un nuevo estatus de favoritos.

A pesar de que algunos campeones no se hayan presentado, las competiciones han revelado alguna promesa, como el sudanés Abubaker Kaki Khamis, vencedor de los 800 metros.

Sólo un tercio de los medallistas de Budapest 2004 subieron al podio en los Juegos de Atenas de ese mismo año. Medallistas de oro en los Juegos de 2004, el chino Liu Xiang (60 metros vallas en pista cubierta/110 metros vallas en los Juegos), el etíope Meseret Defar (3.000 metros en sala/5.000 metros en los Juegos) y el sueco Stefan Holm (salto de altura) obtuvieron el primer puesto en Valencia. Si bien es cierto, que el chino se aprovechó de la rocambolesca eliminación del cubano Dayron Robles, y el etíope de la ausencia de su compatriota Tirunesh Dibaba, favorito al oro de Pekín. Campeonas en Osaka, la croata Blanka Vlasic (altura), la cubana Yargelis Savigne (triple salto) y la neozelandesa Valeri Vili (bala) siguieron siendo las reinas en su disciplina. Por su parte, la rusa Yelena Soboleva se llevó su primer gran título batiendo la plusmarca mundial de los 1.500 m.

Por otro lado, atletas como el británico Phillips Idowu, en triple salto, el corredor nigeriano Olusoji Fasuba y el coloso estadounidense Christian Cantwell, en peso, se han colocado en la órbita del podio olímpico.

Por parte femenina, la portuguesa Naide Gomes, rozando los 7,00 metros también se une a la carrera china. El gran interrogante pesa sobre la cabeza del cubano Robles, al que le falló la concentración en los 60 metros vallas, después de detenerse a los pocos metros tras creer que el juez había decretado salida nula; y sobre la rusa Yelena Isinbayeva, que a pesar de haber ganado en salto con pértiga, sólo pudo confirmar su dominio tras ver el número de intentos.