FÚTBOL l Segunda División B

Un punto en un mal partido

  • Viyuela adelantó al Racing a la media hora pero Seco empató minutos después

Talavera y Portuense mostraron por qué están metidos en la lucha por no descender. Los blanquiazules porque dominaron el choque durante buena parte, con control del esférico y más intención que éxito a la hora de desarrollar algo que tuviera que ver con el fútbol pero con el éxito habitual, casi ninguno, ya que las intentonas se agotaron al borde del área grande. Los visitantes porque ni siquiera tuvieron esas intenciones y pasar un balón por la línea del centro del campo fue una tarea ímproba que no se realizó casi nunca, ya que sus soluciones fueron balones largos.

Así las cosas es normal que los dos equipos luchen por no descender. Quizás, visto lo ocurrido, se salve el Portuense, pero será más por una cuestión de fortuna que por otra cosa, porque los de Orúe evidenciaron carencias a la hora de plantear un partido de fútbol.

En los primeros minutos, el Talavera puso sobre la mesa la intención de llevar las cartas ganadoras y manejar la contienda a su antojo, mientras los portuenses se dejaron hacer. Incluso contaron con un par de llegadas claras que no terminaron de fructificar porque el mal de este Talavera no iba a dejar de aparecer porque sí, y una vez más la puntería se quedó en el vestuario impidiendo a Óscar Silva y a Sérvulo convertir en gol dos claras ocasiones antes de los diez minutos.

Los visitantes no tenían la pelota nunca. Les quemaba. La opción de Paulino estaba omnipresente y los pelotazos eran la receta utilizada, pero ni el veterano delantero podía sacar nada de esta manera de jugar. Y tampoco de otras, porque cuando el Talavera se empeñó en concederle algún balón con algo de sentido tampoco lo aprovechó.

Aunque sí lo hizo Viyuela, que cumplida la media sacó una falta desde 35 metros y mandó el esférico a la escuadra poniendo a los suyos inmerecidamente por delante.

Pero ni aún así los de Orúe marcaron distancias para quitarse a un rival por el descenso de en medio. Los talaveranos, algo noqueados, probaron otras formas de crear peligro a base de jugadas a balón parado. En una de ellas la defensa del Portuense facilitó las cosas y permitió dos cabezazos en el área, el segundo de ellos al fondo de las mallas por parte de Seco. Vuelta a la normalidad: el balón para el Talavera y el rival, a verlas venir.

Y en la segunda parte más de lo mismo. Nunca quiso la pelota el Portuense, encantado de quitarse un rival de en medio con un mísero empate.

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