La pelota de papel

Del silencio de Messi a los abucheos

  • El Barcelona afronta síntomas de depresión tras la derrota contra el PSG en la Liga de Campeones. El equipo le ganó al Leganés inmerecidamente ante un irritado Camp Nou.

Fuente: lfp y whoscored.com Fuente: lfp y whoscored.com

Fuente: lfp y whoscored.com / Dpto de infografía

Los síntomas de depresión en el Barcelona se acumulan: Messi no celebró un gol decisivo, el Camp Nou abucheó a sus jugadores, aumentan los rumores de la marcha del técnico al final de la temporada, el ex azulgrana Dani Alves carga contra la directiva y el ex presidente Joan Laporta lo secunda.

Todo esto está sucediendo cuando el conjunto azulgrana acaba de ganar 2-1 al Leganés. Pero la forma importó más que el fondo. El Barcelona necesitaba ofrecer buenas sensaciones tras la durísima derrota 4-0 ante el PSG en la Liga de Campeones, pero el domingo ocurrió lo contrario.

La realidad es que el modesto Leganés, un recién ascendido inmerso en la pelea por la permanencia, fue mejor en el Camp Nou y tuvo las ocasiones más claras. Al Barça lo salvó un gol de penalti a dos minutos del final. Lejos de mostrar la euforia propia de los tres puntos, Messi no celebró nada. Tampoco lo hizo el habitualmente jubiloso Piqué, quien en el banquillo mantuvo su rostro más serio.

En realidad, el partido fue el fiel reflejo de lo que es hoy el equipo azulgrana. No gobierna los partidos, su centro del campo es inexistente, hay una enorme desconexión entre líneas, los rivales le llegan con facilidad y todo queda a expensas de lo que puedan inventar los delanteros, que últimamente no es mucho.

Al choque asistieron 63.378 espectadores y fue la peor entrada de la temporada en el coliseo barcelonés, con capacidad para casi 100.000. Los hinchas aprovecharon el partido más para abuchear a André Gomes y a Luis Enrique que a animar al equipo. Y se advierte un divorcio.

Así, Ter Stegen aseguró que no entendía los silbidos y Luis Enrique pidió que los abucheos fueran contra él. La resaca no fue mejor y ayer sus dirigentes pudieron leer en el Abc a un ex futbolista, Dani Alves: “Quienes dirigen el Barcelona no tienen ni idea de cómo tratar a sus futbolistas”. Y Laporta, ex presidente y enemigo enconado de los actuales dirigentes, aprovechó el mal momento para ajustar cuentas en las redes sociales: “El equipo sufriendo, el público dividido y La Masía desmantelada”.

De fondo queda el silencio de Messi fuera del campo también. Nada se sabe sobre su renovación y cada día que pasa aumenta la inquietud del culé.

Al mismo tiempo, diversos medios aseguran que la relación entre Luis Enrique y el vestuario está deshecha y se anuncia que el club busca ya a un sucesor. Incluso se ofrecen los nombres de Jorge Sampaoli y Ernesto Valverde, del Athletic.

La propia institución tampoco se libra de los conflictos y ayer se supo que el Barcelona, como club, tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados por el fichaje de Neymar y la reclamación del fondo de inversión DIS. En estas circunstancias prepara el Barça su próximo partido de la Liga ante el Atlético y el rearme de moral para intentar lograr la remontada ante el PSG en la vuelta de octavos de la Champions. Pero mucho tendrán que cambiar las cosas para que se respire un clima más positivo antes de esa cita. De momento es un club deprimido y con necesidad de aplicar un tratamiento de choque.

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