Todo a la Liga de Campeones: a tres largos meses para el final de la temporada, el Real Madrid se fue quedando sin retos y ahora sólo le queda la arriesgada carta de la Copa de Europa para salvar la campaña.

En esta situación, tan límite, se encuentra una institución de 600 millones de euros de presupuesto después de contar con tres entrenadores en nueve meses, ser expulsado de la Copa del Rey por alineación indebida y quedarse a nueve puntos del Barcelona en la lucha por la Liga.

El llamado efecto Zinedine Zidane se evaporó después de que el nuevo entrenador blanco no fuera capaz de mejorar los números de su antecesor, Rafael Benítez. Si con éste el Real Madrid estaba a cinco puntos del Barcelona, con Zidane aumentó la distancia. Ningún equipo remontó nueve puntos en la Liga a 13 jornadas para el final.

Lo ocurrido el domingo en Málaga llenó de desilusión a la hinchada blanca. Fue un empate 1-1 ante un equipo teóricamente menor que, sin embargo, dominó a los blancos durante casi todo el duelo. Keylor Navas salvó al Real Madrid de la derrota.

"Adiós a la primavera de Zizou", tituló Marca, que agregó: "Los números dicen menos que el deterioro de su fútbol". Y As añadió: "Las goleadas del Bernabéu en los primeros partidos de Zidane contrastan con sus salidas ligueras, partidos atascados, sin gracia ni firmeza".

Adiós a la ilusión que generó Zidane al asumir el 4 de enero su primera experiencia como entrenador en la élite. Con un detalle que ahora parece perverso: llegó al primer equipo del Real Madrid tras sumar seis empates seguidos con el Castilla y el filial blanco, de la mano Luis Miguel Ramis, sumó siete victorias seguidas desde que el francés ascendió.

El Real Madrid se agarra a la ruleta rusa que es la Liga de Campeones para intentar salvar la temporada. Su triunfo 0-2 en campo de la Roma en la ida de los octavos lo situó prácticamente en cuartos de final. Es decir, a cinco partidos para ser campeón de Europa. Pero la cuestión es ver en qué condiciones afronta el conjunto blanco el asalto al trono continental, y más teniendo en cuenta que los cuartos no llegan hasta el 5 de abril.

Ahora mismo, y a pesar de haber contado con un calendario benigno y un partido por semana, se trata de un equipo que parece en construcción y con problemas que Zidane no solucionó, aspectos que van desde su incapacidad para actuar con firmeza fuera de casa hasta su dificultad para sacar el balón jugado cuando recibe una presión.

La próxima cita del Real Madrid es muy incómoda: el sábado recibirá en su estadio al Atlético de Madrid, un clásico en el que hay poco que ganar y mucho que perder. Porque una nueva decepción de los blancos podría devolver los abucheos al Santiago Bernabéu y en especial a su presidente, Florentino Pérez, de nuevo alguien muy señalado.