Andalucía remontó en 2016 el bache sufrido el año anterior en materia de patentes. Las solicitudes realizadas desde la comunidad se incrementaron un 15,83%, hasta a superar la barrera de las 500, mientras que en 2015 la caída fue del 16,12%. De este modo, la región logró abandonar su tradicional tercera plaza en el ranking nacional y escalar al primer peldaño del podio, superando a Madrid y Cataluña.

Los datos de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) muestran que Andalucía fue a contracorriente. Registró 512 peticiones de protección de invenciones en 2016, lo que supuso un avance del 15,83%, mientras que en el conjunto nacional cayeron un 1,14%, hasta las 2.849.

Además, la comunidad andaluza se situó a la cabeza del resto de regiones no sólo por méritos propios, sino también por el descenso de peticiones de patentes en Madrid y Cataluña, del 12,42% y el 2,37%, respectivamente. La primera solicitó 458 y la segunda cinco menos, 453.

Andalucía lleva años tomándose en serio lo de proteger sus innovaciones como clave para elevar la competitividad. Desde que se desató la crisis en 2008, sólo ha flaqueado en dos ocasiones: en 2012, cuando bajó un 8% el número de solicitudes, y en 2015, con un batacazo del 16%. Estas caídas se debieron al menor gasto en I+D+i de las administraciones, ya que las universidades y los centros públicos de investigación son los grandes generadores de actividad inventiva de Andalucía.

La propiedad intelectual va más allá de las patentes. Andalucía se comportó peor en el registro de solicitudes de modelos de utilidad -cayeron un 1,46% en 2016, hasta 269-, diseños industriales -lo hicieron un 7,58%, hasta 207- y nombres comerciales -descendieron un 1,91%, hasta 1.279-. Sin embargo, en la petición de marcas sí hubo un incremento del 4,66%, hasta 7.198, según los datos de la OEPM.