Crónica personal

pilar cernuda

Esto no es lo que era

Es un hecho ampliamente aceptado que los presidentes que gobiernan con mayoría absoluta tienden a aplicar el rodillo, imponer su criterio, encerrarse en La Moncloa porque nada ni nadie le pueden provocar un bloqueo o paralización de sus iniciativas. Gradualmente se aíslan de los ciudadanos y, con frecuencia, de sus compañeros de partido. No hay quienes les tosa y lo que sale de su boca son órdenes irrebatibles, no sugerencias.

No hace falta poner ejemplos; las mayorías absolutas han provocado cambios sorprendentes en actitudes personales. El Aznar del segundo mandato sorprendió desagradablemente por la forma en que imponía su criterio; Rajoy ahora presenta un perfil absolutamente distinto al de la legislatura anterior. Nunca fue un hombre ensoberbecido en su primer mandato, pero sí desdeñó la idea de hablar, acordar o negociar con la oposición.

En este segundo mandato aparece un Rajoy que no reconocen sus adversarios. Incluso ha aparecido un nuevo estilo en el PP de ejercer la política, consecuencia del cambio del presidente. Ha quedado atrás la idea de que Rajoy maneja los tiempos como nadie; lo que maneja como nadie es su autocontrol, su paciencia. Y gana. Ha permanecido casi un año de brazos cruzados, sin mover un músculo ni levantar el tono de voz mientras esperaba el fracaso de las negociaciones de Pedro Sánchez, sólo atento a que el socialista fuera perdiendo batallas hasta quedar fuera de juego.

Ante la sorpresa de ajenos más que de cercanos, el Rajoy de ahora, con la ayuda inestimable del negociador parlamentario, Rafael Hernando, han sacado adelante acuerdos impensables. Empezando por el importantísimo techo de gasto, que ha tranquilizado a Bruselas, y otros menores que demuestran que a Rajoy ya no se le caen los anillos por llamar a Javier Fernández o Albert Rivera para tratar de encontrar puntos de coincidencia en asuntos en los que defendían posiciones contrarias. El martes sentó en la mesa a 15 presidentes autonómicos que han decidido trabajar conjuntamente sobre la financiación, y ayer Gobierno y PSOE se sacan de la manga un acuerdo sobre las cláusulas suelo. Esto ya no es lo que era. Eso que salimos ganando todos.

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