Economía

El Gobierno critica a Bruselas por cargar el 'roaming' a países como España

  • Nadal lamenta que el país, al recibir más turistas, cargue con el coste de eliminar tarifas entre estados

  • Alerta de la venta a particulares de productos financieros complejos vinculados a las renovables

El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal.

El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal. / EFE

España tendrá ya funcionando la tecnología móvil 5G el año que viene, aunque será sólo en pruebas. Así lo anunció este lunes en Santander el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, quien especificó que se aprovechará para ello una línea de 3,5 gigaherzios que está libre. Nadal espera que, para cuando esta experiencia se ponga en marcha, ya esté listo el modelo standard del 5G, que todavía no está definido. Con esta medida, el Ministerio intenta adelantar el proceso de implantación, fijado para nuestro país como muy tarde para 2020. Nadal se mostró, de todas formas, muy prudente sobre el momento exacto de su implantación efectiva: “No hay fecha, ya sé que no es un titular estupendo, pero no la hay; sólo tenemos el tope, en 2020”.

La del 5G fue sólo una de las cuestiones que abordó Álvaro Nadal en el curso anual que organiza la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en Santander, patrocinado por BBVA. Este año el título es 'La cuarta revolución, ¿cómo afecta la agenda digital a la economía y a la industria?'.

Nadal, cuya competencia es precisamente la agenda digital, criticó por otro lado la forma en la que se ha implantado el 'roaming' en los móviles (desaparición de costes extra para el usuario cuando viaja a otros países de la UE), cuyo coste es mayor para países como España, al recibir a un mayor número de turistas. El ministro rechazo que vaya a haber cualquier problema de cobertura, por la capacidad de las operadoras españolas, pero se lamentó de que por ejemplo hagan falta “infraestructuras enormes” en determinadas zonas en verano que luego se vuelven inservibles en invierno. “Lo que la Comisión Europea ha querido es sacar pecho. Se elimina el pago de un servicio pero no el coste. ¿Quién carga con ese coste? Les ha faltado sensibilidad en este tema con algunos países, entre ellos España”, afirmó Nadal.

Otro tema que abordó el ministro fue el de las subastas de renovables, una celebrada ya, de 3.000 MW y la otra prevista para finales de julio, de otros 3.000, lanzada para cubrir buena parte de la oferta que se quedo fuera en la anterior. Nadal advirtió de que se están ofreciendo paquetes de financiación a pequeños inversores vinculados a las nuevas instalaciones renovables, cuando, según el ministro, este tipo de productos no son de renta fija, “tienen riesgo de mercado y están sometidos a especificaciones técnicas muy complejas; se trata de un producto industrial, para gente que conoce muy bien el mercado”. El titular de Energía hizo esta advertencia con el objetivo de evitar una burbuja financiera vinculada al nuevo renacimiento de las renovables. Admitió que se está estudiando si hay algún tipo de publicidad engañosa, aunque en cualquier caso la competencia en este terreno es del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

El ministro admitió, a preguntas de los periodistas, que el precio de la luz en España “es uno de los más caros de Europa”, pero matizó que se ha convergido a raíz de la reforma eléctrica. Según él, el coste energético para el usuario está “en el rango de 2015”, tras un 2016 con bajadas motivadas por el bajo precio del petróleo y el gran volumen de agua embalsada. En cualquier caso, culpó a los 7.000 millones en primas a las renovables -que tuvieron un desarrollo desaforado- y a 2.500 más en amortización de deuda vinculadas a ellas de la alta factura de la luz. “Era una tecnología aún muy inmadura y cara. El megavatio fotovoltaico por hora costaba 490 euros y ahora está a 40”, dijo, y añadió: “Si no se hubiera querido hacer tanto titular, si se hubiera tenido un poco de paciencia...”

Nadal rechazó, por otro lado, la idea de que las nucleares no son rentables, y enmarcó en el juego entre regulador y regulado el hecho de que algunas empresas -que, por otro lado, piden una reducción de la carga fiscal a esta energía- se resistan a gestionar una central autorizada a reabrir como Garoña. En todo caaso para el ministro la clave es acordar con los partidos del Congreso el mix energético necesario para España, en el que, para el Gobierno, debería estar la nuclear. Sin ella, dice Nadal, la factura de la luz sería un 25% más cara. “Es necesario que los partidos se pronuncien, y no lo están haciendo”, y la alternativa es, dice, elegir entre un precio más caro a cambio de eliminar energía nuclear y residuos (algo que estudia Alemania) o el mantenimiento actual de su peso actual.

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