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Economía

Merkel y Sarkozy aceptan ampliar el fondo a cambio de más disciplina

  • Alemania y Francia están dispuestas a ampliar y flexibilizar el mecanismo de rescate si se armonizan los impuestos de sociedades en la Eurozona, se desvinculan salarios de inflación y se fijan techos a los déficits

Alemania y Francia accedieron ayer a reabrir la caja fuerte donde guardan celosamente sus aportaciones al fondo de rescate para el euro, a cambio de que el resto de socios comunitarios acometa un ejercicio de contrición y disciplina presupuestaria, especialmente los más débiles. Entre las medidas incluidas en el llamado Pacto de Competitividad figuran: el retraso de la edad de jubilación, la armonización en el impuesto de sociedades, la separación de sueldos y pensiones de la inflación y límites, y el establecimiento por ley de límites en el déficit público de los Estados.

En una intervención conjunta en el marco de la cumbre europea de Bruselas, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, dieron un ja y un oui a flexibilizar el fondo de rescate, dotado con 750.000 millones de euros hasta 2013, cuando se convierta en permanente y tenga más dotación.

"Francia y Alemania van a demostrar que defendemos el euro. No sólo como moneda, eso se da por supuesto, sino que el euro es también un proyecto político (...) Queremos mostrar claramente que en el plano político, en tanto que UE pero también en tanto que países de la Eurozona, queremos converger y ello supone una cooperación económica más estrecha", comentó Merkel.

La flexibilización se hace necesaria, según algunos socios del bloque como España, porque actualmente la capacidad efectiva de financiación del fondo en su parte intergubernamental (dotada con 440.000 millones de euros) se limita a 250.000 millones, debido a que necesita mantener reservas de capital para no perder la máxima nota de crédito.

Por ello, la ampliación del fondo, creado en mayo pasado para atajar posibles nuevas crisis de deuda como la de Grecia y usado por primera vez por Irlanda para recapitalizar su debilitado sector bancario, será el gran tema en la próxima cumbre europea, los próximos 24 y 25 de marzo. No obstante, para calmar el voraz apetito especulador de los mercados, hoy se ha sabido que la UE convocará casi seguramente una cumbre monográfica sobre el tema, probablemente el 4 de marzo.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), que participa junto a la UE en ese paraguas de protección del euro, además del Banco Central Europeo (BCE) o la Comisión Europea, son favorables a una ampliación de su cuantía y competencias, por ejemplo para que pueda comprar bonos y conceder líneas de crédito preventivas a los estados miembro en problemas.

El texto acordado ayer supone un trueque político muy claro y sin "letra pequeña": Berlín y París acceden a ampliar la cuantía y las capacidades del fondo para el euro, a cambio de reformas estructurales en los socios considerados más "débiles", generalmente situados en la ribera sur del Mediterráneo, aunque también se incluye a la más nórdica Irlanda. "El objetivo es que durante un año podamos demostrar con medidas muy concretas que somos extremadamente serios sobre este Pacto. No se trata de palabras sino de hechos, de mostrar que Europa tiene la ambición de ser un continente competitivo", subrayó Merkel.

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