La crisis del mercado laboral La polémica por la última medida del Gobierno

Las críticas fuerzan a Zapatero a replantear la ayuda de 420 euros

  • El presidente se muestra dispuesto a negociar con los sindicatos una modificación de las condiciones para dar más cobertura a los parados · Admite que aún es imposible calcular el número de beneficiarios

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, abrió ayer la puerta a modificar las condiciones de la ayuda de 420 euros al mes para los desempleados que hayan agotado todas las prestaciones. La medida, aprobada en el Consejo de Ministros del pasado jueves, sólo beneficia a los parados que se queden sin subsidios después del 1 de agosto por un periodo de seis meses, dejando fuera a los trabajadores que perdieron su empleo antes de esa fecha. El jefe del Ejecutivo aseguró que está dispuesto a dialogar con los sindicatos para "hacer lo más eficaz posible la medida y que abarque al número de personas que lo puedan necesitar", precisó.

El presidente volvió a interrumpir sus vacaciones en Lanzarote para ofrecer una rueda de prensa en la que, ante las críticas vertidas desde distintos frentes por la falta de cobertura de la ayuda, expresó la disponibilidad del Ejecutivo "para evaluar y, en su caso, hacer alguna modificación de las características de la prestación". "Vamos a reunirnos con los sindicatos para evaluar los primeros días -de la ayuda- desde su entrada en vigor" y si los términos del real decreto son los adecuados. "En función de ello, si hay que hacer alguna modificación, la haremos", concluyó.

No obstante, el jefe del Ejecutivo incidió en que cuando se toma una medida de estas características "surge la duda de dónde se pone el inicio del derecho a la prestación". El Gobierno entendió que el 1 de agosto era el momento de la aprobación porque "ir hacia atrás indefinidamente" también plantea el problema de cuándo entra en vigor la medida. "Poner una fecha retroactiva de entrada plantea el problema de por qué antes o por qué después".

Zapatero destacó el carácter "extraordinario" de la medida y alabó la "sensibilidad social" de su gabinete con las familias y los ciudadanos "más necesitados". "La prestación supone un esfuerzo económico considerable" para las arcas del Estado que va a representar que éste sea "el periodo de mayor protección ante el desempleo", agregó. En cualquier caso, el jefe del Ejecutivo señaló que "aún nadie puede determinar el número de beneficiarios" de la ayuda, a pesar de que el jueves la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, precisó que serían 340.000 las personas que recibirían los 420 euros. "Debemos tener prudencia para hacer una evaluación definitiva del resultado", advirtió el presidente del Gobierno.

Zapatero recordó, además, que la ayuda no sólo contempla la protección de los desempleados, sino su formación para que quienes ya no tienen prestación puedan conseguir un empleo. Para ello, recalcó que es necesaria la colaboración de las comunidades autónomas y anunció que el próximo 26 de agosto habrá una reunión entre el Ejecutivo central y los autonómicos.

Por eso, el presidente considera "injusto y desenfocado" que una medida que tiene "un gran calado social" fuera evaluada "únicamente" por la fecha de entrada en vigor. "Me parece insólito que aquellos que no han propuesto nada para los desempleados y quieren recortar subsidios y las ayudas públicas pongan el grito en el cielo", aseguró.

Preguntado por las declaraciones del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, en las que aseguró que los desempleados que agotaron sus prestaciones antes del 1 de agosto han tenido más tiempo para conseguir un empleo, Zapatero cree que deben entenderse "en el buen sentido". El ministro de Fomento, José Blanco, aseguró ayer en Cádiz que el Gobierno ofrecerá "en las próximas horas" una "respuesta positiva" para "tratar de garantizar una prestación que necesitan muchas familias".

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