No hay tregua en los parqués, condenados ayer a una nueva jornada de desplomes en Europa. El Íbex encadenó otro derrumbe y cedió un 4,11% (la novena mayor caída del año) para quedar sumido en los 9.308,2 puntos por culpa de una jornada de alta volatilidad y muchos nervios ante el temor creciente a una recesión mundial. En sólo dos días, el selectivo español ha dilapidado casi en su totalidad la histórica subida registrada el lunes, evaporando por completo la euforia.

Con este panorama y el miedo a un descalabro global a flor de piel, sólo nueve valores del Íbex acabaron en verde, liderados por Iberia, que avanzó un 6,02% espoleada por la caída del petróleo, Mapfre (4,03%) y Bankinter, que mejoró un sólido 5,24% pese a anunciar que su beneficio se redujo un 35,9% hasta septiembre por la falta de extraordinarios.

Por el contrario, los dos grandes de la banca se situaron en la parte baja de la tabla, con recortes del 6,29% para el BBVA y del 6,47% para el Santander. Popular (4,46%) y el Sabadell (0,19%) cerraron también con caídas, de las que escapó Banesto con una mejora del 0,79%. Mal día también para Iberdrola, que recortó un 6,48%; Repsol-YPF, que perdió un 3,98%, y para otro de los grandes, Telefónica, que se dejó un 3,57% al cierre.

La buena noticia para el bolsillo volvió a llegar con el Euríbor, el principal referente del mercado hipotecario, que encadenó su quinto descenso diario consecutivo hasta situarse en el 5,248%, su nivel más bajo desde comienzos de junio. El indicador ha cedido 0,241 puntos desde que el día 8 los grandes bancos centrales acordaron recortar los tipos (hasta el 3,5% en la Eurozona).