Economía

Un 75% de las empresas familiares aumentaron su facturación en 2015

  • La mayoría de las firmas creen que su negocio evolucionará favorablemente en el próximo año

En sintonía con los indicadores macroeconómicos publicados por distintas administraciones públicas y entes privados que señalan que el ciclo económico recesivo ha concluido, las empresas familiares ven el futuro con un optimismo desconocido desde el inicio de la crisis. La perspectiva positiva para sus negocios ha ido evolucionando progresivamente desde 2013. En dicho año, sólo el 42% de los responsables de empresas familiares creían en una mejora del balance entre gastos y ventas. En el presente ejercicio, hasta el 70% confía en superar sus resultados.

Este clima de confianza está perfectamente descrito en la quinta edición del Barómetro de la Empresa Familiar, elaborado por KPMG en colaboración con las Asociaciones Territoriales vinculadas al Instituto de Empresa Familiar. El evidente ascenso de las facturaciones de este tipo de compañías es el principal motivo que impulsa el optimismo. Tres de cuatro empresas encuestadas aseguraron que habían aumentado su volumen de ventas en el último ejercicio. Sólo el 11% había visto mermada su facturación, y el resto, se había mantenido.

Este dato contrasta con el sólo 54% de empresas europeas de estas características que reconocen que han subido sus ventas en el pasado año. Eso demuestra la fortaleza al alza de la economía española, al menos en esta área, que es uno de fundamentos de la creación de empleo.

En el aspecto de la generación de puestos de trabajo las noticias también son positivas, ya que el 93% de las empresas familiares afirma que han creado empleo o lo han mantenido en el último ejercicio. Una situación difícilmente imaginable hace tan sólo tres o cuatro años, en plena plaga de concursos de acreedores y expedientes de regulación de empleo.

Además, el 84% de las empresas familiares contemplan planes de inversión en los próximos doce meses, que estarían enfocados a desarrollar la actividad principal de la compañía (78%), a implementar nuevas tecnologías (52%) y a abrirse al mercado exterior (47%).

Entre las dificultades y retos, los encuestados señalaron como principal preocupación la incertidumbre política (55%), tras casi un año con un gobierno en funciones. El aumento de la competencia (47%) y la disminución de la rentabilidad (35%), son los temores que siguen a la mala situación política en las tribulaciones de los empresarios que dirigen empresas familiares.

Finalmente, uno de cada cinco encuestados anunció que tiene previsto traspasar la gestión, la titularidad o el gobierno de la compañía a la siguiente generación. Un paso facilitado por el hecho de que el 58% de las empresas de este tipo cuenta con directivos que son parte de la familia. Mientras que sólo el 7% tiene planes para vender la sociedad.

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