La crisis económica afecta a todos los sectores productivos a escala mundial y, aunque por el turismo pasa algo más de puntillas, la incertidumbre también está instalada en uno de los principales motores económicos de la comunidad andaluza.

Los empresarios de la región que este año acuden a Fitur tienen claro que no hay nada claro, es decir, que el 2009 se presenta casi como una hoja en blanco. Si en los próximos meses aumenta la confianza de los consumidores -sobre todo en los mercados británico y alemán-, Andalucía podría salvar el presente año con cierta holgura, toda vez que el pasado ejercicio -cuyos datos oficiales dará a conocer hoy Manuel Chaves en una rueda de prensa- fue satisfactorio teniendo en cuenta la tormenta exterior y que el año 2007 fue un récord absoluto de turistas en la región.

El principal cliente andaluz es el nacional y, dentro de él, el propio andaluz. La crisis económica ayuda además a que los turistas busquen destinos más cercanos para gastar menos dinero. Y los empresarios van en esa dirección. Están apostando por campañas directas que atraigan al turista a unos precios asequibles y, dentro de la incertidumbre, tienen claro que la única forma de diferenciarse es con la calidad, tanto en las instalaciones como en el servicio. En este sentido, por ejemplo en la Costa del Sol, el principal exponente turístico de la comunidad con el 40% de las pernoctaciones, los empresarios, a pesar de la crisis, crearon cerca de 5.000 nuevas plazas hoteleras el año pasado, lo que muestra el índice de confianza en este destino.

La llegada del AVE a Málaga y Sevilla, y por extensión a otras provincias andaluzas, también está siendo aprovechada por los expertos para crear paquetes especializados que capten no sólo a turistas madrileños sino también a catalanes, aragoneses o de Castilla León.