EMPRESAS

Un informe señala que los problemas ambientales "reescriben" las reglas empresariales

  • El informe 'La Situación del Mundo 2008', publicado por la organización 'WorldWatch Institute', revela que "los problemas ambientales reescriben de arriba a bajo las reglas para las empresas, inversores y consumidores".

Según los codirectores del 'WorldWatch Institute', Gary Gardner y Thomas Prugh, problemas que "antes" eran considerados "irrelevantes" para la actividad económica, en la actualidad "están rescribiendo las reglas".

En la misma línea se expresa el presidente de 'WorldWatch Institute', Christopher Flavio, al defender que "el progreso humano continuado depende actualmente de una transformación económica más profunda de ninguna otra que se haya producido en el último siglo". Sin embargo, los expertos creen que "disponemos de las herramientas necesarias para encaminar la economía global hacia un camino sostenible".

El estudio, presentado en España de la mano del Centro de Investigación para la Paz (CIP-Fuhem) y del Centro Unesco de Cataluña, consta de 14 capítulos así como de un apéndice --'La economía crítica y solidaria: perspectivas teóricas y experiencias para la construcción de una economía alternativa'--, coordinado por Ángel Martínez González-Tablas y Santiago Álvarez Cantalapiedra, del Centro de Investigación para la Paz (CIP-Ecosocial).

En el primer capítulo, el documento subraya que "a pesar de todos sus logros, el sistema económico convencional atraviesa graves problemas y requiere una transformación urgente". El 'WorldWatch Institute' insiste en la necesidad de realizar "grandes reformas" en las políticas gubernamentales para "alejar la inversión de actividades destructivas, como la extracción de combustibles fósiles", y dirigirse a sectores ambientalmente sostenibles.

Por ello, el texto apuesta por "una nueva economía sostenible" basada en el diseño de manufacturas para reutilizar materiales, ciudades de 'cero residuos', impuestos ambientales, mercados de carbono con mecanismos de techo y comercio de emisiones, empresas de coches compartidos, mercados maduros de energía solar y eólica, sistemas de microfinanciación o inversiones socialmente responsables, entre otras medidas.

Así, el documento ofrece una serie de 'buenas prácticas' de países y empresas que están apostando por este nuevo modelo. En Estados Unidos, casi una treintena de grandes compañías han solicitado al Congreso que apruebe una ley que regule las emisiones de gases de efecto invernadero. Por su parte, en Australia, China y California se está trabajando para dejar de utilizar bombillas incandescentes y sustituirlas por otras fluorescentes compactas, "cuatro veces más eficientes".

También en Estados Unidos, la compañía Wal-Mart anunció que, entre los próximos tres y cinco años, certificará todo el pescado que se venda en el mercado norteamericano siempre que haya sido criado de forma sostenible

En este punto, el informe también señala que las inversiones globales en "tecnologías limpias" aumentaron en un 78% en 2006, alcanzando los 2.900 millones de dólares (1.887 millones de euros). En ese mismo año, los gastos de las empresas en I+D en tecnologías energéticas limpias ascendieron a 9.100 millones de dólares, 5.921 millones de euros.

Respecto a las inversiones privadas y de capital riesgo en energías limpias, se elevaron en ese mismo periodo a 8.600 millones de dólares (5.596), un 69 por ciento más que en 2005 y diez veces el nivel de inversiones en 2001.

El comercio mundial de derechos de emisión de carbono también ha experimentado un aumento, desde 328 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2005 a 1.131 millones de toneladas en 2006. Asimismo, la producción de biocarburantes aumentó un 20% anual desde 2005.

Además, los Principios de Ecuador han sido suscritos por 54 entidades bancarias, que representan a nivel mundial más del 85% de la capacidad de financiación privada para proyectos. Según Naciones Unidas, el volumen global de inversiones privadas y de capital riesgo en producción sostenible de energía aumentó en 2006 a 8.600 millones de dólares (5.596 millones de euros), un 69% más que en 2005.

Como nota curiosa, el documento revela que el objetivo oficial del Reino de Bután es la "felicidad nacional bruta", en vez del crecimiento económico en sí mismo.

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