EDUCACIÓN

Los vientos del Atlántico unen a escuelas de New Jersey y Puerto Real

  • Alumnado de Primaria de la provincia con el apoyo del CEI·Mar y la UCA participan en un proyecto intercultural de clases transoceánicas

El velero realizado por alumnos de Puerto Real.

El velero realizado por alumnos de Puerto Real.

Alumnado del colegio Reyes Católicos de Puerto Real, con el apoyo del Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI·Mar) y la Universidad de Cádiz, participan por primera vez en un proyecto internacional educativo –Educational Passages– para conocer el mundo marino-marítimo desde un viaje en barco por el Atlántico. El Crimson Voyager, un mini-velero preparado por ellos, ya ha comenzado su aventura desde la isla de Madeira.

En la Navidad de 2015, escolares de Primaria de la Escuela de Morristown-Beard, de Nueva Jersey, en la costa atlántica estadounidense a unos 100 kilómetros al sur de Nueva York, botaron en aguas atlánticas al Crimson Voyager. Su lanzamiento se enmarca en la misión Educational Passages (Pasajes Educativos), un proyecto americano que persigue proporcionar experiencias prácticas de aprendizaje multidisciplinares e interculturales a estudiantes de todas las edades en auténticas clases transoceánicas.

Planos del Crimson Planos del Crimson

Planos del Crimson

Los mini-veleros son el mensaje en la botella del siglo XXI. El mensaje se aloja en el interior del casco de estos pequeños barcos, con metro y medio de largo, que son lanzados en el océano completamente a la suerte de los vientos y las corrientes. Los escolares preparan y realizan un seguimiento de sus pequeños barcos con objeto de aprender sobre los vientos, las corrientes o el clima. Cuando el azar lleva a estos veleros a un nuevo destino, se abre la puerta a la interacción y la amistad entre jóvenes de diferentes culturas que comparten un mini-velero y un sueño.

La equipación del mini-velero

Cada velero dispone de un equipo GPS y un transmisor por satélite conectado a un sistema de la agencia estadounidense NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration). De este modo, los participantes pueden acompañar diariamente en el recorrido a su barquito. Después de cuatro meses y medio, y de recorrer una distancia de más de 10.000 kilómetros (a una velocidad promedio de unos 100 cm/s, sobre dos nudos), el destino llevó al Crimson Voyager frente a las costas de Cádiz, donde fue rescatado por el Instituto de Ciencias Marinas (INMAR) de la Universidad de Cádiz. 

El Crimson Voyager, cargado de regalos simbólicos y mensajes en su interior, fue adoptado por alumnado de sexto curso del colegio Reyes Católicos de Puerto Real. A lo largo del curso, lo han reparado, pintado y cargado con mensajes e ilusiones, y en el día de hoy, 13 de noviembre de 2017, será de nuevo botado al Atlántico a merced de los vientos en busca de un nuevo destino. Gracias a la ayuda y coordinación del CEI·Mar, la UCA y del proyecto Leva Portugal ao Mundo, de la Dirección General de Política del Mar de Portugal, el Crimson Voyager fue lanzado junto a otros dos mini-veleros, trabajados por estudiantes portugueses, escoceses y estadounidenses, desde la isla de Madeira. 

Mini-regata transoceánica

Se han realizado ya 85 lanzamientos de mini-veleros como estos en todo el mundo, conectando a 14 países, pero esta vez será la primera que se realizará un lanzamiento simultáneo de tres barquitos, en lo que será una verdadera regata internacional oceánica. Junto al Crimson Voyager, participarán los mini-veleros WEST y NADA. De los tres, el mini-velero NADA es el más joven. Preparado en Almada (Portugal) por el Colegio Anselmo de Andrade, fue lanzado desde Madeira a principios de 2017, pero después de apenas un mes, volvió a la playa de Esposende en la costa portuguesa. El WEST es el que atesora más millas e historias. Lanzado al mar a finales de 2013 por la Escuela de Westbrook en Maine (EE.UU.), llegó a Portugal casi un año después, donde escuelas de Nazaret lo devolvieron al mar en 2015, volviendo inmediatamente a Portugal y obligando a una nueva puesta en marcha. Fue de nuevo lanzado de Madeira en enero de 2016 y navegó a la deriva durante siete meses hasta ser recuperado en Escocia por la Escuela de North Uist.

Ahora, el reto de estas tres modernas “carabelas” es aprovechar el gran giro oceánico del Atlántico Norte para alcanzar el nuevo continente, o quién sabe dónde, una aventura que podrá ser seguida día a día en la web https://www.nefsc.noaa.gov/drifter/drift_madeira_2017_1.html.

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