El Rocío

Un Pontifical con sones macarenos

  • La Raya Real seguirá cerrada al paso de las hermandades en el camino de vuelta Varios tramos de esta senda continúan anegados tras las lluvias

"Misericordia, señor, misericordia". Con este estribillo concluía el coro de la Hermandad del Rocío de la Macarena su participación en el Pontifical de Pentecostés celebrado en el real de la aldea almonteña. Luego llegarían la salve del ole y las sevillanas de Muñoz y Pabón. Una misa con sones macarenos desde su inicio hasta el final y en la que tuvo especial protagonismo el Año Santo de la Misericordia. Y como no podía ser menos, el penoso camino que han soportado las hermandades debido al temporal de la última semana, un esfuerzo que el prelado onubense agradeció a los romeros y a las Fuerzas de Seguridad.

Un cielo azul y un sol en todo lo alto. Al séptimo día se fueron las nubes por completo. Los termómetros ascendieron y la primeravera resurgió en la marisma. Misa de romeros en el real del Rocío, donde hace 97 años fue coronada la Patrona de Almonte. La Hermandad Matriz ya prepara un completo programa de actos para el centenario de este hito.

Sale el simpecado almonteño de cara a la Virgen mientras el coro macareno entona la canción de entrada. Al obispo de Huelva, José Vilaplana, le precede un amplio cortejo de sacerotes, entre los que se encuentra el delegado diocesano de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Marcelino Manzano. Situados justo detrás de la representación de la Hermandad Matriz están sentados varios cargos del Consejo de Cofradías de Sevilla, con su presidente, Carlos Bourrellier, al frente. También acuden por parte del Ayuntamiento hispalense, el portavoz del grupo popular, Juan Ignacio Zoido, y el concejal del PP Gregorio Serrano. Este año no ha asistido el alcalde de la ciudad, Juan Espada, a quien se le ha podido ver el Domingo de Pentecostés en la aldea almonteña años atrás, cuando se encontraba en la oposición.

Antes de comenzar la eucaristía, toma la palabra el presidente de la Matriz de Almonte, Juan Ignacio Reales, quien define el Rocío como "el nuevo cenáculo", en el que los peregrinos "se reúnen en torno a la Virgen y a su Hijo a la espera de la celebración de la llegada del Espíritu Santo para renovar nuestra fe".

Durante la celebración de la homilía, monseñor Vilaplana destacó las dificultades a las que se han enfrentado este año las hermandades por las constantes precipitaciones en los días de camino. Para el obispo de Huelva, "las dificultades han puesto de relieve dos aspectos: por un lado, vuestro amor a la Virgen y, por otro, el esfuerzo de las instituciones por vuestra seguridad".

El prelado onubense centró su predicación en el Año de la Misericordia. Con motivo de este periodo jubilar en todo el orbe católico, animó a los rocieros a "acercarse al manantial de la misericordia". Recordó las palabras del papa Francisco, en las que insiste en la práctica del sacramento de la reconciliación y en la necesidad de ser misericordiosos con el prójimo. El pontifical concluyó pasadas las doce de la mañana, cuando los simpecados de las 117 hermandades filiales fueron abandonando las gradas montadas al efecto.

La jornada del domingo pasa por ser la última de estancia en la aldea para muchas hermandades, que, una vez que la Virgen las haya visitado esta madrugada, habrán emprendido la vuelta. Para el regreso seguirá cerrada la Raya Real. La decisión se ha tomado después de que los técnicos del Plan Romero constatasen que continúa intransitable en varios puntos.

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