Muchos uniformes azules con el nombre de Sant Boi en las sudaderas y en las gorras. Entre las miles de personas que ayer acudieron al sepelio de los cuatro niños muertos este fin de semana en la localidad barcelonesa tras hundirse un pabellón deportivo en el que practicaban béisbol había muchos pequeños, compañeros todos de los fallecidos. De hecho, el momento más emotivo de la ceremonia se produjo cuando sus compañeros de equipo realizaron un parlamento en que aludían a que "estrellas del béisbol" marchaban hacia el cielo. El obispo de Sant Feliu de Llobregat, que ofició la ceremonia, reclamó a las autoridades "que no escatimen esfuerzos" para proteger a los ciudadanos, una reflexión que hizo ante los políticos presentes en el acto, entre ellos, la ministra de Defensa, Carme Chacón, o el presidente de la Generalitat, José Montilla.