-Publicó su primer libro sobre el 23-F en mayo del 81. Hay cosas que le acompañan a uno toda la vida.

-Fui el primero en sacar un libro del golpe y se publicó con el contenido de las cintas de las que tanto se habla. La noche de Tejero fue un best-seller de la época.

-Y ahora saca otro, 30 años después. Ya se sabrá casi todo, ¿no?

-Pues si le digo la verdad, los enigmas son los mismos que hace treinta años.

-Que son...

-No sabemos quiénes formaban parte de la trama civil y tampoco sabemos el nivel de implicación de la CIA. Sabemos que había una trama civil y sabíamos que los americanos se encontraban en estado de alerta antes de que se produjera el golpe. Desconocemos el alcance.

-Pues ya ha pasado tiempo, sería hora de saberlo.

-Los que hemos estudiado el golpe de Estado del 23 de febrero nos basamos principalmente en testimonios orales. Es una historia oral de los implicados. Y algunos mentían mucho. El sumario está clasificado. No podremos conocerlo en su integridad hasta dentro de veinte años, en 2031.

-¿Qué pintaban los americanos en todo esto?

-Suárez no fue muy diplomático. Fue el primer presidente de un Gobierno que recibía a Arafat, sus relaciones con Castro eran buenas. Y, además, Suárez no quería entrar en la OTAN pese a la presión de Estados Unidos.

-Al final, entramos.

-Una de las consecuencias del 23-F es nuestra entrada en la OTAN.

-Decía que en esta historia hay mucho mentiroso. ¿Quién era el principal mentiroso?

-El general Armada y Cortina con su grupo de agentes del Cesid. Es curioso lo de Armada.

-A día de hoy, sigue diciendo que no sabe quién era el elefante blanco.

-Es que Armada ha terminado en el convencimiento de que él salvó la situación, cuando su actuación lo único que hizo fue arrojar sospechas sobre el Rey.

-A estas alturas, ¿alberga alguna duda sobre la actuación del Rey?

-Nunca la tuve. El golpe lo pararon el Rey y Tejero.

-Ya... y Tejero.

-Su mujer le dijo por teléfono: "Te están dejando tirado como una colilla"...

-¿Y usted piensa como su mujer?

-Sin duda. Es evidente que él provoca el golpe y él lo para. Se siente engañado. Él va allí para que se proclame una junta militar pura y dura y, cuando Armada le presenta un gobierno en el que hay hasta comunistas, él se siente una marioneta, que es lo que era.

-Hablábamos del Rey. Usted ha llegado a afirmar que fue un imprudente.

-He dicho que si algo hay que achacarle al Rey es que, quizá por inexperiencia, nunca debió hablar con determinados militares de que no confiaba en Suárez. Eso fue una imprudencia conociendo la trayectoria de algunos militares a los que hizo esa confidencia.

-Luego está Milans, un espadón. En este relato es el personaje más siniestro.

-Milans tenía mucho prestigio, era un príncipe de la milicia. Tenía un odio personal hacia Suárez desde que en una visita a Valencia le hizo formar a la tropa, humillándolo ante sus subordinados. Esa escena la tiene Milans muy en mente durante la noche del 23-F.

-Javier Cercas desmitifica en su aclamado libro el papel de los españoles, que estábamos a verlas venir.

-En las primeras horas todo el mundo estaba convencido de que iba a triunfar el golpe y la movilización fue escasa. Se quemaron carnés, documentos... Había un gran desconocimiento.

-En la era del Facebook esa pasividad sería impensable.

-Claro, es que hay que situarse en la época. Las comunicaciones eran precarias. Tejero tuvo que utilizar hasta el teléfono del coche de Suárez para comunicarse con el exterior.

-¿Qué cree que piensa un joven de 20 años de aquel episodio?

-Ese lenguaje cuartelero de Tejero, ese perfil hortera... Ya sabe lo de aquel periódico nórdico que publicó que unos policías vestidos de toreros habían tomado el Congreso. Eso es para un joven que conoce aquel golpe del boca a boca: caspa.

-Como gaditano, sabrá que el golpe no detuvo el Carnaval.

-El grito de "todos al suelo" fue el gran éxito de ese Carnaval. Forma parte de la psicología y el carácter surrealista del gaditano. No me sorprendió.