javier pérez campos. Periodista

"Nos interesan menos los muertos que en el pasado"

"Nos interesan menos los muertos que en el pasado"

"Nos interesan menos los muertos que en el pasado" / mg

-Comienza el libro con algunos casos que cuentan la relación del hombre con sus muertos a lo largo de su historia. ¿Somos ahora más o menos sensibles que antes? ¿Nos interesa más o menos?

-Nos interesa muchísimo menos, hemos perdido ese nexo con el pasado. En esta investigación, a la que yo dedico unos diez años aproximadamente, he descubierto que la primera representación de un fantasma tiene 18.000 años, y que todas las culturas y en todas las épocas los han dibujado, han dejado constancia. Además hay nexos idénticos en todas ellas, cuando era imposible que esas culturas mantuvieran relaciones.

-¿Ponemos una barrera por miedo o por ignorancia?

-Creo que por un poco de todo... También por los condicionantes culturales. Los propios investigadores tienen miedo a relacionar ese tipo de ritos de anclaje porque a veces sufren el desprestigio de sus compañeros.

-¿Ese miedo se ha utilizado alguna vez como herramienta?

-El miedo al más allá se ha utilizado en muchos momentos de la historia, como en la Edad Media, por ejemplo. Con la expansión del Cristianismo se institucionaliza el infierno, también en esta época esos seres intermedios entre los seres humanos y los dioses, que hoy llamaríamos fantasmas, fueron demonizados.

-Si nos da miedo es porque algo creemos.

-Está claro. Es también una cuestión de siglos. Hoy, en Europa, prácticamente ya no se practican estos ritos de anclaje, aunque yo he tenido la suerte de ver algunos en Rumanía, en pueblos alejados del turismo. Consisten en exhumar un cadáver, cortarle la cabeza, colocarla en las piernas y volver a enterrarlo.

-¿Algún día sabremos científicamente si hay algo detrás de la muerte?

-Hay muchísimas investigaciones científicas de qué pasa en el umbral de la muerte, qué ocurre cuando alguien fallece. Yo creo que es muy complicado encontrar respuestas, porque quizás estamos utilizando herramientas que no son las adecuadas para dar una respuesta a algo que se nos escapa.

-Crees que hay una energía que permanece. ¿Por qué crees que se queda esa energía?

-La teoría de algunos investigadores es que nosotros somos energía, y la energía ni se crea ni se destruye, la energía queda. Es una teoría que no está comprobada, pero es cierto que en lugares donde han ocurrido grandes tragedias, muertes repentinas, gente que no estaba preparada para ese momento, suceden ese tipo de fenómenos extraños que vinculamos con el más allá.

-¿Crees que hay dos fases: una en la que la energía permanece aquí y otra en la que se desvanece, que se va más allá?

-Yo sí lo creo. Paloma Navarrete, que es farmacéutica, pero que desde pequeña asegura tener el don de poder ver claramente esa otra realidad, asegura que hay dos fases, los que quedan aquí de alguna forma no han superado ese conocimiento de que están muertos, quedan anclados a la tierra y lo que hay que intentar es que pasen a esa segunda fase.

-¿Por qué nos dan tanto miedo los vigila-bebés? (risas)

-La historia que aparece en el libro es la de una pareja que nos cuenta cómo un día, llegando a casa después del bautizo de su hijo, hacen una fiesta en casa, acuestan al bebé en la planta de arriba y entonces a través de la cámara ven que en la habitación empieza a pasearse una figura femenina, que parece que acuna al niño. Ellos suben y ven que no hay nadie, pero en la cámara sigue repitiéndose esa misma imagen. Creen que se trata de una broma de mal gusto, recorren la casa, abren los armarios, buscan alguien que se pueda haber colado, no hay nadie, pero en la pantalla sigue apareciendo la figura.

-¿Y cuántas chicas de la curva hay?

-(Risas). Sí, la verdad, aunque hay casos también de niños, de familias enteras... En España hay cientos de casos, y suele coincidir en los puntos negros de nuestras carreteras. Lo que más me impresionó fue comprobar que en los archivos de la Guardia Civil hay documentos oficiales denunciando este tipo de hechos, de personas que se han encontrado con figuras sin rostro, que lo han declarado. En el libro publico algunos atestados con descripciones típicas de un cuento de terror gótico y que forman parte de una historia real.

-¿Qué descubrió en la Universidad de Córdoba?

-Es un lugar lleno de historia, en el siglo XVIII hubo una horrible matanza de monjes franciscanos, después ese mismo edificio se utilizó como hospital durante una epidemia de tuberculosis y, posteriormente, fue una maternidad donde algunos investigadores aseguran que se cometieron robos de niños. Cuando se abre la Facultad de Derecho en ese lugar muchos empiezan a asegurar que ahí ocurren fenómenos extraños y todo se acrecienta cuando, en los años 90, durante unas obras de rehabilitación de un claustro, empiezan a surgir cientos de huesos que nadie saben de donde proceden, aunque algunos relacionan con las matanzas de monjes.

-Después de trabajar ahí y ver que había personas muy asustadas, ¿les dijo algo? ¿Les aconsejó?

-Les digo que intenten no tener miedo, pero sé que desde mi punto de vista es muy fácil decirlo, hay que verse allí. La verdad es que me siento muy mal, para algunos testigos es una verdadera angustia, algunas señoras de la limpieza no tenían más remedio que trabajar allí.

-¿Le ha gustado a Iker Jiménez el libro?

-Está encantado. Tengo la suerte de trabajar con él. Es una persona que pone pasión en todo lo que hace, cuando salgo a buscar me da consejos, me cuenta sus aventuras... Iker es un inspiración continua. Me mandó una frase cuando recibió el borrador y dijo que este libro era "una joya para el alma". Que el diga esto..., todas las ilusiones cumplidas.

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