El ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, asegura que muchos de los gitanos de los países del este que había en Italia "se han ido espontáneamente a la más permisiva España de Zapatero", en una entrevista concedida al semanario italiano L'Espresso.

En el número que llegará mañana a los quioscos de Italia, L'Espresso publica una larga entrevista titulada "Dios perdona, Maroni no", en la que el ministro más famoso del Gobierno de Silvio Berlusconi habla de las numerosas medidas que ha impulsado para mejorar la seguridad en las calles y luchar contra la inmigración clandestina.

Sobre el caso particular de los controles realizados en los campamentos nómadas, asegura que en ningún momento se ha pretendido crear un registro basado en el origen étnico. "He resistido a una campaña denigratoria" y, aun con todo, "he obtenido la aprobación del 62%" de los ciudadanos, según un sondeo realizado hace algunas semanas por el diario La Repubblica, resalta.

En cuanto al número de gitanos procedentes de Rumanía, Bosnia y otros países del este de Europa que viven actualmente en Italia, explica que el Gobierno pensaba que serían unos 120.000, mientras que, según el censo realizado "son menos". Maroni detalla que en los campos viven "gitanos de origen rumano, gitanos y sinti de origen italiano, extracomunitarios que no son gitanos e italianos". "El aspecto más dramático es que la mitad son menores sin padres. Les mandaremos a la escuela", promete.

Otro de los temas que más preocupan al ministro de Interior italiano son los continuos desembarcos de africanos en las costas del país, fenómeno que está dispuesto a eliminar. Para Maroni, "el problema no es la inmigración sino la clandestinidad", ya que ésta "da miedo". "La gente sencilla, de la que procedo, razona así: si no tienes trabajo, ¿como vives? Robando o cometiendo delitos y esta condición tuya me hace sentir inseguro". Por esto "hay que combatirlo", concluye.