Una reparación histórica El Consulado en La Habana calcula que se recibirán 100.000 solicitudes por año

Norberto ya tiene su sueño

  • Un cardiólogo de 38 años que piensa trabajar en Valencia se convierte en el primer ciudadano cubano que adquiere la nacionalidad española a raíz de la entrada en vigor de la Ley de Memoria Histórica

Norberto Luis Díaz apenas podía reprimir una ancha sonrisa cuando, el pasado jueves, se convirtió en el primer cubano que recibe un pasaporte español gracias a la Ley de Memoria Histórica que entró en vigor a finales del año pasado. "Es un gran momento para Cuba y para España", dijo el cónsul español en La Habana, Pablo Barrios, cuando le entregó el ansiado documento. "¡Y para mí!", se le escapó a Norberto, quien también exclamó un "¡Viva España!" mientras posaba feliz con su flamante pasaporte para las cámaras que registraban la pequeña ceremonia.

Este cardiólogo de 38 años ya está acostumbrado a los flashes y las entrevistas. Dio unas cuantas cuando, el mismo día en que entraba en vigor la ley, el 29 de diciembre de 2008, se convirtió en el primer cubano que solicitaba formalmente la nacionalidad española apelando a la de su abuelo, un canario que emigró a Cuba en 1916 y que "no regresó nunca a España", relató.

El retorno lo protagonizará ahora él, ya que ayer mismo partió a la "patria", primero "unos días a Madrid y luego a Valencia", donde le espera ya una oferta laboral como médico. "Es algo que me corresponde por derecho propio porque mis ancestros son españoles y no es lo mismo ir a un país con la nacionalidad que ir a la deriva, me gustan las cosas legales, tranquilas", explicó al comentar su decisión de solicitar la nacionalidad española.

En el mes y medio que ha transcurrido desde que entrara en vigor la normativa conocida popularmente como ley de nietos, el Consulado español en Cuba ha recibido más de 25.000 solicitudes y ya ha aprobado unos 350 expedientes.

El Consulado estima que en los dos primeros años de vigencia de la ley se recibirán hasta 100.000 solicitudes por año, y que el número de nuevos españoles podría oscilar entre 50.000 y un máximo de 75.000.

De este modo, en los dos primeros años de vigencia de la ley, que probablemente se extenderá a un tercero, el número de cubanos que podrían convertirse en españoles podría llegar a 150.000, en un país con poco más de 11 millones de habitantes.

A Reinaldo Puertas, un ministro evangélico de 58 años que, pese al inusual frío que azota este día La Habana aguarda estoico la cola en el Consulado español, se le iluminó la cara al saber que uno de sus compatriotas ya tiene en sus manos el documento que también él ansía.

"¿Ya? ¿Sí, aquí? ¡Qué bien!", exclamó al conocer la noticia.

Explicó que, al saber que salió la "oportunidad" de obtener la ciudadanía por ser nieto de español, no se lo pensó dos veces.

"Viajar es un derecho que no tenemos aquí y los que lo tenemos por sangre...¡lo aprovechamos! Se dice que las oportunidades son calvas! Hay que cogerla!", dijo a la agencia dpa.

Desde que se aprobó la ley de nietos, hablar con acento español en La Habana ha sido garantía fija de que algún cubano se acercara a preguntar "por eso de los pasaportes".

"Todo el mundo anda loco comentando lo de los pasaportes españoles", confirma Bárbara mientras pone la mesa en el paladar (restaurante privado) donde trabaja. Ella sonríe tranquila, "yo ya la tengo", explica esta descendiente directa de españoles. Su intención por el momento no es salir de Cuba aunque, afirma, "muchos quieren el pasaporte no para irse a España, sino a Estados Unidos".

O, simplemente, para tener la certeza de que, si quisieran, podrían salir sin tantas dificultades del país, de una isla en donde, pese a los fuertes rumores que corrieron en los primeros meses después de que Raúl Castro asumiera la presidencia, el 24 de febrero del año pasado, la eliminación de la famosa "carta blanca", el permiso de salida de Cuba, no acaba de producirse.

Ése es el caso de Yasiel, un joven de 28 años que ha viajado desde su natal Cienfuegos, en el centro del país, para presentar los papeles para él y sus dos hermanos.

Aunque asegura no tener planes inmediatos de salir del país, dice que quiere tener el pasaporte "por la posibilidad de visitar algún día" la tierra de su abuelo, "en Canarias", explica.

Para Carmen, el objetivo es más práctico: con un hijo residiendo en Estados Unidos y la segunda planeando marcharse también, llevaba mucho tiempo aguardando con ansia la ley que le dará un pasaporte "que me permita ir a verlos", señala.

Un "sueño" que, para Norberto Luis Díaz, con su flamante pasaporte ya bien guardado en el bolsillo, está ya casi al alcance de la mano. "Es el sueño realizado que comienza ahora, es el retorno de un sueño", asegura.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios