España

"Portugal y España pueden hacer más en economía y cultura"

  • El representante luso defiende el Tratado de Lisboa para "hacer oír la voz" de Europa en Gaza frente a la de EEUU, que "muchas veces no ha sido como nos gustaría"

Para cualquier veterano de la diplomacia que viene de bregar con el selecto club de Bruselas en negociaciones tan reñidas como el Tratado de Lisboa, trasladarse a la Embajada de un país amigo sería como renacer a un mundo en calma después de tanto trasiego. Pero no sucede así con Álvaro de Mendoça (Oporto, 1951), pues lejos de relajar el ritmo ha multiplicado su agenda dando también entrada a las comunidades, para que tengan voz y voto en la bilateralidad. El pasado jueves hizo lo propio con Andalucía, la segunda escala de su ruta autonómica desde que hace un mes se incorporara a su nuevo despacho en Madrid.

-¿Qué proyectos comunes comparten Andalucía y Portugal?

-Las relaciones a nivel político de Portugal y España son estupendas, nunca hemos tenido un periodo de relaciones tan buenas. Quiero dar prioridad a la economía y la cultura, dos sectores en los que Portugal y España pueden hacer mucho más de lo que hacen hoy. Es por eso que he decidido contar con las autonomías que están más cerca de mi país, visitando a dos de las vecinas (Andalucía y Extremadura). Y cuando miro las cifras de Andalucía veo que representa cerca del 14% del PIB español, pero no aparece en una proporción equivalente en las exportaciones ni importaciones de Portugal. Me parece que aquí hay un espacio muy grande para desarrollar. Portugal tiene diez millones de habitantes y creo que Andalucía no puede mirar a Portugal como la parte más cercana, hay un mercado todavía más grande que Andalucía.

-Un ilustre portugués como José Saramago ha profetizado que Portugal acabará integrándose en España. ¿Qué opinión le merecen las palabras del Nobel de Literatura?

-Llevamos siendo independientes 900 años y nos gusta muchísimo serlo, y lo vamos a seguir siendo siempre. Es una cuestión que a nadie le urge pensar seriamente y es un cambio político que nadie desea, ni en Portugal ni en España.

-Otro de los temas que preocupa a los portugueses establecidos en Andalucía es el futuro del Consulado de Sevilla. ¿Está garantizada su continuidad?

-El Consulado sigue trabajando como ha estado trabajando. La atención que quiero dar a Andalucía en términos económicos se va a materializar con la apertura de un consultorio comercial ligado al Consulado. Vamos a reforzar el Consulado con la presencia de un representante permanente en Sevilla del Instituto del Comercio Exterior.

-Antes de desembarcar en España usted destacó por su papel en las negociaciones del Tratado de Lisboa, ¿por qué necesita Europa este texto?

-La gran ventaja que tiene es que clarifica los funcionamientos de las instituciones europeas, y permite a Europa representarse ante países externos de manera más clara y efectiva. Lo más importante es la posibilidad de que Europa plantee sus decisiones en una globalización interna cada día más intensa, de manera más firme y coherente.

-¿Sigue vivo el texto tras el varapalo del no de Irlanda?

-Hay que respetar lo que dicen las urnas porque es el principio fundamental de la democracia, pero sigo convencido de que es posible convencerlos en un segundo referéndum.

-Dos son tal vez las rémoras de este texto: que sigue siendo un desconocido y que la participación en los refrendos es muy baja. ¿Ha fracasado la clase política por no saber contagiar su entusiasmo a los ciudadanos? ¿Cómo se logra?

-Hay que ser realistas. En Europa somos viejos países que tenemos tradiciones muy antiguas de nuestra vida nacional. Es normal que a la gente le cueste tiempo preocuparse por lo que estamos construyendo en Europa, porque le preocupa más lo que ocurre en su comunidad, pero la globalización está mostrando cada día la importancia de esta dimensión más grande. Cuando se pregunta a los ciudadanos qué más se debe hacer en Europa, las encuestas nos dicen que hay que reforzar la presencia de Europa en el mundo, y eso coincide con el Tratado de Lisboa. El ciudadano puede pensar que Europa puede interferir en sus decisiones locales, y eso es lo que no hay que confundir; hay que mantener la autonomía de las decisiones a nivel local pero, a un nivel global, tenemos que tener alguna influencia en la decisión que toma nuestro mundo.

-¿Hay diseñado un plan alternativo por si el Tratado no prospera?

-No, no conozco ningún plan alternativo. Vamos a ser un poco optimistas y esperar tener el Tratado el 1 de enero de 2010, al principio de la Presidencia española (de la UE).

-¿En qué medida puede resolver el Tratado conflictos como Gaza?

-Puede ayudar muchísimo a hacer oír la voz de Europa. Hasta el presente, en la historia de los conflictos de Oriente Próximo, lo que hemos oído es la voz de EEUU e, infelizmente, muchas veces no de la manera en que nos gustaría. Tanto israelíes como palestinos necesitan seguridad absoluta, no hay que pensar que uno puede resolver este conflicto sin garantizar su seguridad, es la primera condición.

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