España

Rajoy lamenta no haber impedido que Zapatero negociara con ETA

  • El líder del PP considera que le faltó capacidad de convicción con el presidente del Gobierno para hacerle ver el "absurdo" de tender puentes a los terroristas

El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, se encargó ayer de aguar el triunfalismo del balance de legislatura que realizó el presidente del Gobierno al poner de relieve las que a su juicio han constituido las grandes polémicas y los grandes fracasos de la legislatura, el modelo territorial y la negociación con ETA, y a la que calificó como "un paréntesis" antes de recuperar los "grandes consensos nacionales", que será su principal oferta electoral. Rajoy aseguró, además, que tiene las "recetas" para resolver los problemas económicos que padecen las familias españolas relativos a sus dificultades para llegar a fin de mes, los sueldos y las pensiones.

Según Rajoy, la legislatura que concluye "no ha sido buena y se ha perdido una gran oportunidad de colocar a España entre las mejores economías del mundo". Por el contrario, para la próxima, ofreció "una nueva etapa, en la que habrá acuerdos básicos porque lo que ha ocurrido estos cuatro años sólo puede ser un paréntesis". "Trabajaré para que haya grandes consensos nacionales, para que España sea lo que quieren los españoles, para derrotar a ETA y me ocuparé de la economía y el bienestar de los españoles", resaltó en una especie de resumen de las grandes líneas de su propuesta electoral.

En el balance de su actuación como líder de la oposición, Rajoy solo reconoció haber cometido un error: "No tuve la suficiente capacidad de convicción o el tiempo necesario para convencer al presidente del Gobierno de que era absurdo ponerse a discutir sobre España, y que era absurdo negociar con ETA". Es decir, volvía a situar en el tejado de Zapatero la responsabilidad de que gran parte de la legislatura se haya ocupado en abordar "temas que no se habían debatido nunca", como la política territorial y la lucha antiterrorista, y que se hayan "olvidado" los temas importantes.

En una intervención sin grandes aportaciones sobre lo que han sido las líneas maestras de su labor de oposición a lo largo de los últimos cuatro años y en la que realizó un resumen de sus avances de promesas electorales, Rajoy manifestó que es "una necesidad nacional" promover un acuerdo en política territorial "como hubo siempre" y en ese sentido reiteró que propondrá una reforma constitucional para que cualquier cambios en este asunto se haga por mayoría de dos tercios.

Sobre el Estatuto de Cataluña, en torno al cual ha girado todo el debate territorial, Rajoy afirmó que acatará "de la primera a la última línea, sea lo que sea", la decisión del Tribunal Constitucional, pero añadió que le gustaría "que todo el mundo lo hiciera" para criticar a los partidos nacionalistas catalanes que han advertido sobre su reacción en el caso de que se produzca un recorte en el Alto Tribunal.

En cuanto a la política antiterrorista, el líder del Partido Popular aseguró que promoverá un acuerdo "para derrotar a ETA, no para negociar". "No negociaré con ninguna organización terrorista nunca. Es un error", afirmó Rajoy, quien mantiene aún la esperanza de que sea el Ejecutivo quien inste la legalización de ANV y del PCTV. "Si no, yo garantizo que lo haré cumpliendo el pacto antiterrorista, base de una política útil y eficaz", añadió.

El segundo gran objetivo de Rajoy si gana las elecciones generales será la economía, o más bien, la situación económica de las familias españolas, a su juicio las grandes olvidadas por un Gobierno preocupado sólo de la grandes cifras macroeconómicas.

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