La llegada del cayuco más grande a Canarias con 229 inmigrantes a bordo, entre ellos 25 menores, ha batido un récord histórico de ocupación de este tipo de barcos desde que en 1994 empezó en las islas el fenómeno de las pateras, que se ha cobrado la vida de un número incalculable de víctimas. La llegada de este supercayuco el pasado martes va pareja al repunte del número de inmigrantes arribados a la isla en septiembre, que con 1.727 personas es el mes con mayor llegadas del año. En lo que va de 2008, Canarias ha recibido 7.119 subsaharianos, lo que supone un descenso respecto a 2007 de 903 inmigrantes.

La consecuencia de esta oleada de septiembre es el agravamiento del colapso de los centros para menores. La viceconsejera de Inmigración del Gobierno canario, Natividad Cano, advirtió que la situación del archipiélago "es muy delicada", ya que los centros de acogida para menores "están todos sobresaturados". "Canarias no está en disposición de seguir recogiéndolos", remarcó.

En todo caso, apuntó que su Ejecutivo "está haciendo grandes esfuerzos" con el ministerio para estudiar "un protocolo de derivación de menores a la península, dada la delicadísima situación en Canarias". Cano alertó también de la llegada a sus costas no ya de cayucos sino de "auténticos barcos negreros".

En los centros canarios de internamiento para mayores de edad, tan sólo uno está a salvo del colapso. Se trata del ubicado en el municipio tinerfeño de Hoya Fría, donde hay retenidos 349 inmigrantes siendo su capacidad de 1.200. En el centro de El Matorral, en la isla de Fuerteventura, hay retenidos 1.043 inmigrantes y la capacidad del centro es de 1.269 plazas, mientras que en el de Barranco Seco, en Gran Canaria, hay internos 27 inmigrantes y su capacidad es de 168 plazas.

Mientras tanto, el Gobierno reanudará los vuelos de repatriación a Cambia, donde el pasado 19 de septiembre el país africano rechazó uno. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, recordó que este año se han registrado 105 vuelos de repatriación.