La crónica del Domingo

Día grande y sin calentamiento

  • Los amantes de la fiesta debieron acelerar de 0 a 100, y además sin anestesia previa, pues éste es el Domingo de Feria y llega de repente. Coches aparcados hasta cerca de Hipercor.

Es lo que tienen inaugurar la Feria un sábado por la noche y que uno de sus días grandes (junto al sábado de clausura) llegue de repente. El parque González Hontoria vivió ayer una jornada a la que casi no le faltó un perejil, desde un frecuentado paseo de caballos y multitud de enganches sobre el albero hasta casetas llenas. El ambiente alrededor de los 'nobles brutos' se prodigó hasta las siete de la tarde, momento en el que debieron retirarse tal y como mandan las ordenanzas.

Quien más, quien menos, tuvo que ponerse las pilas para sobrevivir a esa aceleración de 0 a 100 en apenas unos minutos. Los vendedores ambulantes no cesaron de poner ante los rostros abanicos de plástico. Sus 'servicios de inteligencia' les han 'informado' que va a ser un primer tramo de Feria bastante caluroso. Ayer se rozaron los 30 grados (28 para ser más exactos) y las mínimas estuvieron en 11 a primera hora de la mañana.

Los cocheros de alquiler ofrecían sus 'vueltecitas' a cualquiera que pasara ante sus carruajes. En casetas como la de González Byass ni siquiera se cabía de lo animada que estaba, al igual que en esos núcleos donde se concentran las hermandades. Por ejemplo, en la calle Manuel Torre se dan cita, entre otras, las embajadas sobre el albero de corporaciones como Bondad y Misericordia, La Redención ('La Bofetá') o Mayor Dolor. El lleno que presentaban a la hora de comer era de esos de tener todas las mesas ocupadas. Ya se sabe que en las casetas de las cofradías se come muy bien, muy casero y a precios asequibles.

No está mal, máxime si se tiene en cuenta el "calvario" por el que han pasado muchos caseteros para tenerlo todo en funcionamiento después de que el enganche eléctrico se materializara a las siete de la tarde del pasado viernes. Los fallos, debidos a la lluvia, fueron constantes, denunciaba ayer a este medio Alfredo Carrasco, que considera que "el casetero de Jerez es un ser tradicionalmente maltratado".

El noble ritual de pasear por la Feria pudo cumplirse sin excesivos problemas pese a la notable afluencia de público. No en vano, a primera hora de la tarde los coches aparcados llegaban hasta las inmediaciones del hipermercado Hipercor, siendo las bolsas de parking más solicitadas las que se ubican frente al Estadio de Chapín (de pago): llegaron a erigirse en la única opción si no se deseaba pegarse una caminata de padre y señor mío.

Hace unos años, andar por la Feria era complicado, pero la mayor preocupación que cabía tener era que un carruaje o un caballo no le pasaran a uno por encima. Ahora hay un elemento en contra más, relacionado con las nuevas tecnologías: las fotos con el móvil. Quien más quien menos, no dudaba en desviar su camino para no entorpecer la foto. Es curioso cómo para una instantánea hay quienes necesitan ocupar medio paseo. Tengo la certeza de que en 48 horas los educados de ayer pasarán por mitad del plano hartos de tanto zigzagueo.

Otras cámaras, en este caso profesionales, estuvieron ayer por Jerez. Así, pudieron verse equipos de televisiones tales como Tele 5, Canal Sur, los catalanes de TV3, esperándose para hoy a una cadena francesa. Muchas de estas cámaras acudieron a la exhibición de alta escuela que ofrecieron ayer los jinetes de la Real Escuela en Sementales, donde también estuvieron los enganches de la Yeguada de La Cartuja. Y así marchó el primer día completo de Feria, una jornada de aceleración, sin anestesia ni calentamiento previo, a la que hubo que adaptarse... o morir.

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