Toros

Gran tarde para abrir boca

  • Excelentes erales de El Torero, el quinto premiado con vuelta al ruedo, y muy buen nivel y actitud de los alumnos de las escuelas taurinas

La novillada en clase práctica de intercambio, prólogo del abono taurino de Feria del Caballo, ha resultado ser un gran espectáculo tanto a cargo de los alumnos como por el excelente juego de los erales de "El Torero". Lo único malo, el viento, que molestó. mucho a los toreros.

Además con el público rozando los dos tercios de plaza y haciendo sonar palmas por bulerías. En suma la tarde de ayer fue el mejor prólogo para las corridas de abono porque además la Escuela Municipal de Tauromaquia de Jerez le viene prestando a este festejo una especial dignidad.

Y es que la novillada de las escuelas, ya tradicional en la feria desde hace más de 25 años, nunca ha merecido el calificativo de "novilladita" que una pluma desafortunada popularizó.

Pero parece que todo vuelve por sus fueros. Además la tarde ayer fue histórica porque ocupó el palco presidencial Juan José Padilla, que además no lo hizo nada mal: indulgente con los tiempos y dejando a los alumnos torear, pero sin triunfalismos porque aunque hubo las lógicas orejas, tampoco se dejó llevar por las peticiones hasta el máximo trofeo, porque un rabo es tan excepcional premio que requiere ponderación.

Bien el Ciclón de Jerez en esta difícil papeleta, prueba de ello es que en el sexto recibió el brindis de Andrades y recibió el matador metido a presidente una de las grandes ovaciones de la tarde.

Y eso que había denegado el indulto del extraordinario quinto, que pidió el público mayoritariamente. Pero es un espectáculo sin caballos y el reglamento lo prohibe: el máximo trofeo que el presidente Padilla podía darle al novillo lo otorgó: pañuelo azul.

Los erales de El Torero dieron muy buen juego, además del casi indultado quinto, fueron aplaudidos en el arrastre los muy buenos segundo, cuarto y quinto. Primero y tercero tuvieron que torear, sobre todo el primero, pero el mayoral recibió también justo premio compartiendo vuelta al ruedo con Lavado.

Por tanto sobresalió el público que se lo pasó de lo lindo, sobresalió el presidente y sobresalieron los alumnos que, por encima de técnica, mayor o menor oficio, o talento, tuvieron actitud.

Y esa actitud la mostró con creces Eloy Hilario, de la escuela de Jerez, que abrió plaza y la puerta de la enfermería. Resultó cogido, quedó conmocionado y tras mantenerse con raza en el ruedo muy mermado pero con mucha fe y garra, fue trasladado al hospital con una contusión en el cuello y un golpe fuerte en la cabeza.

Antonio José Moscoso de la escuela jerezana, quien compartió banderillas con Andrades, tuvo un novillo extraordinario aprovechándolo para cortar las dos orejas tras una estocada certera.

También triunfó Ignacio Bonmati, muy dispuesto y firme con el tercero, superando las rachas de aire y con un corte y una colocación notables. La verdad es que Jerez ha puesto alumnos muy distinguidos. Cobró dos orejas.

El cuarto de la suelta fue para Rubén Martínez, de la Escuela de Almería: salió el eral paradito pero en banderillas se vino arriba y fue a más. Cortó una oreja.

Un lío formó José Antonio Lavado de la escuela de Málaga con el extraordinario quinto, un novillo de vacas. Toreó a placer y muy bien porque está muy puesto. Dos orejas.

Miguel Andrades salió a por todas en el sexto y formó un lío con cuatro largas en el tercio y en banderillas, ya en el segundo había banderilleado soberbio. Tras su entregada faena de muleta recibió las dos orejas.

Y que no se olvide a Corruco de Algeciras, muy bien en la brega y con los palos.

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