Al lado del Real

La calle paralela al González Hontoria

  • Los puestos ambulantes que se sitúan en el paseo de la Rosaleda se pueden visitar a lo largo del día de hoy.

La Feria del Caballo culminó ayer. Al menos dentro del recinto que ocupa el Parque González Hontoria. En los alrededores aún se puede saborear de las últimas 'coletadas' de una semana que se ha hecho larga para muchos. Pero, si se hizo corta, aún hoy se puede acudir a los alrededores del Real para hacer unas compras de última hora o montar a los más pequeños en los cacharritos. En la calle paralela a la Feria han sido muchos los que se han gastado parte del dinero para llevarse un recuerdo, reponer unos zapatos rotos, sacar del antojo al pequeño de la casa o tener un reloj de lo más original. Si aún no se ha hecho, hoy puede ser el día.

"Esto lo hacen los mayores en África", dice uno de los vendedores de los puestos. Multitud de envases se acumulan en un puesto de pocos metros al que no se acercan demasiadas personas al mediodía. Por la noche, algunos más sí que se preocupan de qué precio tienen esas vasijas que parecen hechas de hilo, pero que sin embargo están compuestas de nailon y caña.

Los productos que se pueden encontrar dentro de esta calle son diferentes. Hay quien no para de recorrerlas en busca de una funda para su móvil. Aunque es verdad que ya las hay en casi cualquier comercio de la zona y las que vienen de fuera tampoco son tan originales. De todas formas, se han encontrado muchos puestos en los que adquirir estos protectores para la parte exterior del móvil. Como también los hay para la pantalla de cristal templado, por si alguno decide aterrizar en el albero del González Hontoria gracias a la torpeza de su dueño.

El estilo es imprescindible para asistir a este tipo de eventos. Los puestos de ropa han facilitado incluso que alguno se haga con alguna sudadera después de ir sin abrigo al Real. Las altas temperaturas del día no hacían presagiar que por la noche refrescase de tal forma. Las hay -ya que durante el día de hoy también abrirán estos puestos- más originales y otras que lo son menos, pero están. Para gustos los colores, en estos puestos hay prácticamente de todo. Las camisetas de diferentes grupos de música también llenan un lugar no apto para compradores compulsivos. Un recuerdo de la Feria del Caballo en forma de camiseta de Bob Marley o Extremoduro se puede catalogar, cuanto menos, de original. Cualquier prenda de vestir se puede encontrar en la Rosaleda hasta la noche de hoy.

Estando en Andalucía, otro complemento que no puede faltar son las gafas de sol. "5 euros valen estás", señala una vendedora mientras asume que el regateo del cliente puede hacer que al final el beneficio sea aún menor. Estas lentes son más un elemento decorativo, pues por su precio no parece que vayan a cuidar demasiado la vista.

Tampoco faltan los juguetes para los más pequeños. Aquí se pueden adquirir todos esos peluches que han resistido estos días atrás en la tómbola. Al final, por 5 o 10 euros te los puedes llevar a casa. Lástima que sea más emocionante lanzar a los dardos, tirar a canasta o intentar marcar un penalti a Casillas o Benji Price, aunque al final se acabe sin recompensa y sin dinero en la cartera.

La comida es algo que tampoco falta, aunque hoy no parece que vayan a ser los que más vendan del lugar. Ya el pasado viernes se bajaron los precios un euro para intentar captar a la clientela. A pesar de que la competencia de las casetas ya no estará, tampoco es que la clientela que se espere vaya a ser excesiva. Sobre todo porque es por las noches cuando más venden estos puestos. Y al final de la calle, llegando casi a la avenida Álvaro Domecq, el dueño del puesto de mojitos parece haber echado de menos que el botellón se ubique cerca. El Bosque cogía demasiado lejos para tomarse un mojito para comenzar antes de entrar.

Pero lo que más llama la atención de estos puestos no son los elementos grandes, sino aquellos que pueden adquirirse por un módico precio y tienen un carácter único. Una pulsera de cuero o una elaborada al momento con un nombre especial pueden servir para tener un recuerdo de la Feria. Las pulseras son cada año de las compras más recurrentes para los más jóvenes del lugar.

Aunque la originalidad no se queda atrás y lucha contra los precios baratos. Relojes tallados a mano en madera de olivo y cerezo. Dependiendo del tamaño, estos relojes fabricados por un padre y su hijo, tienen un precio que oscila entre los 20 y los 35 euros. Casualmente, de los más caros ya no quedan. Por las paredes de este pequeño puesto se pueden observar diferentes elementos decorativos tallados en madera. "Mañana -hoy para el lector- estaremos abiertos todo el día y tallamos lo que quieras", afirma su dueño.

El trabajo de estos comerciantes durante estos días ha sido duro. Aguantar abiertos hasta altas horas de la madrugada agota. Pero los clientes que quieran pasarse por esas efímeras tiendas, que se han convertido en protagonistas durante estos días, tienen un día más. Solo tienen que acudir a cualquier hora a visitar la 'calle paralela del González Hontoria'.

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