Feria de Jerez

Una ceremonia del Caballo de Oro que será recordada

  • La Guardia Real, la más antigua de Europa, recibe el premio de la Infanta Doña Elena e 'invade' la Feria desplegando toda su esencia

En un landó semicuadrado del siglo XIX hizo entrada en el Depósito de Sementales de Jerez SAR la Infanta Doña Elena. Los caballos del tiro, enganchados a la cuarta, procedían de la Yeguada Militar, una de las suministradoras de puras raza española. Vistiendo un conjunto de pantalón y chaqueta en el predominaban los tonos beige y burdeos fue recibida por la alcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez, y el coronel jefe de la Guardia Real, Eduardo Diz. Lo fue al pie de las escaleras que conducen al Pabellón Regio de la instalación, precioso edificio de estilo inglés que preside un picadero sobre el que ayer se desarrolló una de las entregas más espectaculares que se recuerdan de un Caballo de Oro. No en vano se trataba del 50 aniversario de dicho galardón, un premio que han recibido distinguidas personalidades e instituciones del mundo del caballo, tales como la Escuela de Equitación de Viena. La entrega estuvo precedida por la 54 exhibición de enganches, otro espectáculo realmente único que tiene a Jerez como referencia. Caballos de primerísima enganchados a carruajes que, en muchos casos, tienen más de un siglo de antigüedad. Una maravilla.

Cuando la Infanta Doña Elena accedió al Depósito de Sementales lo hizo con la escolta de la Guardia Real, conformada por coraceros armados con sables, lanceros y banda. La práctica totalidad de los miembros de la corporación municipal estuvieron a los pies del pabellón regio, bajo un sol de justicia, además del consejero de Deportes de la Junta de Andalucía, Francisco Javier Fernández. Fue el segundo teniente de alcalde de la ciudad, Francisco Camas, el encargado de dar lectura al acta del jurado que concedió el galardón a la Guardia Real. Un acta que está firmada por destacadísimas personalidades del mundo del caballo, tales como Arancha Rodríguez (asociación de criadores de caballos), Juan Carlos Camas (director de la Real Escuela), Antonio Gómez Pascual, Rodrigo Valdecanto... Todo ello vino a dar forma y justificación oficial a la distinción (no en vano el acta la firmó el pasado 20 de octubre de 2017 el secretario municipal, Juan Carlos Utrera). Especial mención recibió Felipe Morenés por parte de la Guardia Real. No en vano fue él quien propuso la concesión de este premio.

En la enumeración de méritos de la Guardia Real se recordaron sus funciones, que no son pocas. Entre muchas otras se encuentra dar guardia y escolta a la Familia Real tanto en sus desplazamientos y actos como en su residencia del Palacio de la Zarzuela, además de acompañar a los representantes de países extranjeros que visitan el país. Además de todo ello la conservación y promoción del sector ecuestre están íntimamente unidas a la Guardia Real, la cual tiene en dos cortijos jerezanos, Vicos y Garrapilos, además de Écija, dos de sus principales suministradores de caballos.

Estos y otros muchísimos otros aspectos fueron desgranados por el coronel jefe de la Guardia Real, Eduardo Diz Monje, que dio las gracias a la Infanta Doña Elena "por presidir el acto y hacernos entrega de forma personal de este premio". Se veía en el ambiente que la Guardia Real estaba satisfecha con la distinción. Diz procedió a aportar datos de la Guardia de los Reyes de España y se remontó hasta 1504 cuando Fernando El Católico contó con el apoyo de coraceros para su seguridad en una España por entonces apenas recién nacida. No en vano, el coronel jefe destacó que "la Guardia Real es la más antigua de Europa encomendada a una labor que llevamos a cabo con total entrega y lealtad".

La vinculación de la Guardia Real con los caballos es total. No en vano, en sus cuadras hay puras raza españoles de capas tordas, negras y castañas, además de hispano-bretones especializados en tirar, gracias a su corpulencia, de las piezas de artillería que tradicionalmente han formado parte de la escolta del Rey de España. Los caballos españoles, lucidos ayer con indudable orgullo, portaron en sus lomos soldados vestidos con uniformes inspirados en la estética que Alfonso XII dio a su guardia, a caballo, nunca mejor dicho, entre los siglos XIX y XX.

Recordó el coronel jefe que la vinculación de los soldados con sus monturas es estrecha. No en vano hasta practican el salto para mejorar la compenetración entre ambos. De esta forma se ha conseguido que caballos y jinetes de la Guardia Real participen en competiciones de alto nivel tanto nacional como internacional. Igualmente ensalzó la estrecha vinculación entre este cuerpo militar y la ciudad de Jerez. "Este es el corazón ecuestre de España". Acto seguido, y con todos los honores, dos soldados de la Guardia Real izaron en el mástil una bandera de España que "quedará como presente en el Ayuntamiento de Jerez".

Por su parte, la alcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez, ensalzó la especial relevancia de este galardón en el cumplimiento del medio siglo del Caballo de Oro, así como por el hecho de que éste se entregue justamente cuando la ciudad ostenta la Capitalidad Europea en su modalidad ecuestre.

Mientras pronunciaba estas palabras coraceros, lanceros y músicos, plantados en mitad del picadero, mostraban los brillos de sus uniformes a unas gradas atestadas, así como las plumas de oca y las crines de búfalo gris que conforman los 'llorones' de los cascos según el regimiento.

El acto, que quedó enmarcado dentro de la lógica disciplina militar, estuvo comandado por el capitán Soriano que fue quien dirigió las evoluciones de caballos y jinetes sobre el picadero así como la solicitud de permisos a la Infanta tanto para desfilar como para indicar que las evoluciones se habían desarrollado "sin novedad". Eso sí, antes de que SAR Doña Elena diera por concluido el acto hubo dos momentos destacados. De un lado, el cabo mayor Enrique Julián dirigió unos toques clásicos de caballería que, a muchos jerezanos, recordaron las recientes cornetas y tambores (timbales en este caso) de la Semana Santa. De otro lado estuvo el disparo de dos salvas por unos cañones tirados por los ya mencionados caballos de raza hispano-bretona.

Fue, sin duda alguna, una de las entregas de Caballo de Oro más destacadas de los últimos años. Quienes acudieron pudieron disfrutar del poderío que tiene Jerez en el mundo ecuestre y de las gracias que le dan por ello.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios