La crítica · Sala Paúl

Cantes de ayer para gustos de hoy

El éxito de la evolución en el arte radica en la mirada hacia el futuro sin olvidar el pasado. Rocío Márquez lo lleva a rajatabla. Supo, o por lo menos lo intentó, reinventarse en sus propios estilos teniendo siempre como referente a Pepe Marchena.

Un cantaor que triunfó por su impronta y personalidad a la hora de ejecutar estilos como los fandangos, las malagueñas y, por su puesto, la colombiana. Cantes de ida y vuelta que requieren concisión y una voz prodigiosa para llevarlos a cabo. Rocío posee, sin duda, esos matices transmisores que permiten al espectador, como ocurrió ayer tarde en Sala Paúl, dejarse llevar por ese viaje de la historia del cante.

Combinó la tradición con lo actual, el flamenco con el rock, la guitarra clásica con la eléctrica. Y en ciertos momentos perdimos el sentido del discurso. La unión de ambos elementos o estilos no llegaron a resultar ecuánimes. La estela flamenca superó en calidad a lo novedoso, a lo rockero.

Aunque a decir verdad, parece que el público recibió con mayor entusiasmo estos aires neoyorkinos que la seguiriya final o la malagueña. El espectáculo tuvo momentos sublimes y por lo general dejó un magnífico sabor de boca a los asistentes.

La cantaora dispone de unas facultades envidiables, posee un vozarrón cuidado y limpio, fresco y bañado por las aguas onubenses, a pesar de que su mirada cantaora está fijada en Sevilla.

Nada más y nada menos que doce intervenciones realizó la cantaora con una guitarra de ejecución perfecta y justa, la de Manuel Herrera. Rocío llegaba de triunfar en el Teatro Villamarta con Mercedes Ruiz, y no desaprovechó la oportunidad para reafirmar su valía en los escenarios, esta vez en solitario.

Se gustó por colombianas y guajiras. No se olvidó de la milonga 'La Rosa' de Marchena, muy aplaudida, como tampoco del Romance a Córdoba, de especial belleza rítmica. Volvió a presentar sus credenciales por milongas y tarantos. De nuevo sonó la guitarra eléctrica y la batería, el protagonismo pasó al Niño de Elche, quien desplegó un personal estilo de hacer música, sin concretar demasiado.

Se despidió cantando por seguiriyas a las que faltó el dramatismo oportuno, pues aún teníamos la mente puesta en lo que acababa de pasar.

Cante

El niño. Andando por los cantes marcheneros

Cante : Rocío Márquez. Guitarra: Manuel Herrera. Guitarra eléctrica: Raúl Cantizano. Batería y percusiones: Antonio Montiel. Voces: Niño de Elche y Los Mellis. Día: 21 de febrero de 2015  Lugar: Sala Paúl.  Aforo: Lleno. 

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