El reportaje

"Debemos recuperar a esas mujeres para la historia y darles su sitio"

A lo largo de la historia, la mujer ha formado parte del flamenco. Unas veces a través del cante y otras a través del baile, pero en contadas ocasiones se le ha relacionado con la guitarra. Los tópicos se han apoderado de su pasado y han oscurecido una etapa fructífera, al menos hasta el franquismo, en la que la presencia femenina en la guitarra flamenca tuvo razón de ser.

La catedrática Eulalia Pablos publicará en los próximos meses un nuevo libro con la que pretende "desmontar ese tipo de argumentos porque no tienen ningún fundamento".

Su trabajo de investigación comenzó hace dos años y desde entonces ha ido recabando información sobre mujeres guitarristas hasta alcanzar "noventa y tantas, aunque todavía sigo con la investigación abierta".

"La relación de la mujer y la guitarra ha sido continua y frecuente desde todos los sentidos, desde el punto de vista de la literatura, de las artes plásticas e incluso de las noticias. Ese es el motor que me hizo buscar en la prensa hasta ir poco a poco hilvanando y darme cuenta de que todas esas creencias eran falsas. De toda la vida ha habido mujeres guitarristas en el flamenco", explica.

Entre los muchos tópicos encontrados destaca uno por encima de todo, el que afirma que las mujeres "no tienen pulsación, algo que es completamente falso porque hoy día existen técnicas para mejorarla. Es algo parecido a lo que pasa en el baile cuando dicen que las mujeres no pueden bailar como los hombres porque no tienen fuerza. Eso hoy día no ocurre, porque hay algunas mujeres que son troneras y que valen más que muchos hombres".

La investigadora extremeña ha descubierto que "el mayor auge de la mujer guitarrista aparece a finales del siglo XIX y principios del XX cuando los tablaos y los cafés de cantes gozaban de mayor prestigio".

De las más de noventa tocaoras que ha ido encontrando una de ellas le ha llamado especialmente la atención: Adela Cubas. "Esta artista me sorprendió porque era una auténtica show-woman. Gozaba de gran popularidad e incluso ofrecía actuaciones en solitario con su propio cantaor además de acompañar a estrellas ilustres de la época como La Argentinita, el Mochuelo o la Macarrona".

El libro 'La mujer y la guitarra' verá la luz en unos meses y con él esperar "abrir líneas de investigación en este sentido, porque es un tema huérfano. Además, sería importante recuperar esos nombres y darles el sitio que merecen en la historia".

Asimismo, Eulalia espera que con esta publicación "poco a poco la mujer actual vaya teniendo su sitio en la guitarra flamenca. De la misma manera que hay tocaores muy buenos, buenos, regulares, malos y malísimos también debe haber mujeres, en ese mismo plano debemos situarla".

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