El alma del Festival

Kilómetros de ilusión y con un claro objetivo, el baile

  • Cursillistas de todo el mundo relatan sus experiencias en Jerez, muchas de ellas tras recorrer enormes distancias

Un año más Jerez se convierte en estos días en el epicentro del flamenco mundial, en un punto neurálgico en el que confluyen culturas y nacionalidades diferentes pero con un nexo común, el baile. A lo largo de dos semanas, la ciudad acogerá a más de mil cursillistas que, como cada febrero y marzo, se desplazan desde distintos puntos del globo terráqueo para absorber un poquito del arte de la tierra.

La mayoría de ellas ya saben, por ediciones anteriores, el ambiente y todo lo que se cuece durante la muestra jerezana, de ahí que se muevan con total conocimiento por las calles de Jerez como si llevasen toda la vida viviendo aquí. No obstante, también las hay noveles, pues está será primera vez que acudan a esta cita anual.

La principal novedad de este año radica fundamentalmente en el aumento de las participantes en cursos del off festival. Y es que las academias de baile de Jerez han notado un incremento considerable de sus alumnas, que eligen esta alternativa ante la falta de plaza en los cursos, cuyas inscripción se agota nada más salir a la venta.

Patricia Sartirana, por ejemplo, lleva varios días en Jerez. Es de Rosario, Argentina, y ha aprovechado "las vacaciones para visitar también España".

En su primer año recibiendo cursos en Jerez asegura que "he encontrado lo que buscaba, quería tener una experiencia así y la verdad es que estoy disfrutando mucho".

De Dublín y por tercer año consecutivo proceden a Nathalia Moyano y Damian Power. Ambos son 'veteranos' en estas lides y saben perfectamente "donde podemos tapear con calidad", comentan entre risas. "Aquí es todo más barato que en Dublín y a veces nos damos pequeños homenajes", continúa Damian.

El caso de esta pareja es curioso pues ambos dirigen la Peña Flamenca 'El Indalo' de la capital irlandesa y el pasado verano pusieron en marcha el Festival Flamenco de Dublín al que consideran "como un hijo del Festival de Jerez, ya que hemos hecho muchas cosas basándonos en él".

Otra 'experta' en festivales de Jerez es la milanesa Simona Rossi. "Llevo viniendo desde hace cinco años", confiesa, "aunque este año no pude inscribirme en los cursos oficiales y los estoy haciendo en otras academias", relata.

Como otras cursillistas, Simona ha visto durante esta primera semana "menos ambiente que otros años, me han dicho que los cursos están llenos y es cierto, pero no hay tanta gente en la calle como otros años".

Desde más lejos aún, ha viajado Ju Whang, una joven japonesa que 'debuta' en este festival. Con un castellano rudimentario, Ju vive con entusiasmo esta primera experiencia en Jerez y afirma que "aquí hay mucho arte y la gente te trata muy bien". La joven nipona se ha desplazado con "seis amigas más que ya han venido otros años y me llevan a los sitios buenos", confiesa.

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