La crítica

Protagonismo necesario

  • Santiago Lara es un artista concebido para monopolizar la escena. Crece y explota sus condiciones cuando acapara la atención y cobra especial protagonismo cuando se sitúa frente a frente ante el público

Con rigurosa puntualidad, Santiago Lara compareció en escena escoltado por Miguel Ángel López (piano) y Antonio Coronel (batería). El público abarrotaba la Sala Paúl en este inicio del ciclo 'De la Frontera'. Un apartado que fue creado con la intención de explorar nuevos territorios, esos por los que fluye el flamenco y donde se asocia con otras músicas. Ahí encontramos a Amalgama, la última propuesta del menor de los Lara, un recorrido general por esos caminos que rodean al toque más flamenco en los que se topa con instrumentos de diversa índole, como el piano o la batería.

Santiago Lara es un artista concebido para monopolizar la escena. Crece y explota sus condiciones cuando acapara la atención y cobra especial protagonismo cuando se sitúa frente a frente ante el público. No le gustan los retos fáciles, es un torero que se encierra en la plaza con seis toros, nunca se esconde. El sábado lo volvió a demostrar. Gran dominador de la base flamenca, el guitarrista jerezano pasa por esa época de búsqueda que todo artista debe padecer. Necesita nuevos sonidos para alimentar su depurada técnica pero lo hace sin demasiada prisa, sin bascular en demasía su forma de tocar, lo hace lentamente, consciente del arraigo de su música, pero dispuesto a seguir mejorando.

Su guitarra es pura vitalidad cuando tiene que acrecentar el ritmo y suena flamenca cuando encara la vereda más pura. Lo demostró por granaína, con un manejo de pulgar y picados excelso, y sobre todo por tarantos, el único solo que interpretó, donde jugando con los bajos, haciendo serias alusiones musicales al maestro Manolo Sanlúcar, al menos musicalmente hablando, y con un trémolo espectacular consiguió un sonido muy logrado.

Precisamente el sonido o mejor dicho, la saturación, el gran problema de la Sala Paúl cuando los decibelios superan la lógica, fue el gran ausente de la noche, quizás por el cuidado y el empeño con el que los músicos, piano, batería y guitarra, mimaron la escena.   

El joven artista interpretó temas nuevos, que aparecerán en su próximo compacto, aunque también recurrió a versiones de su primer disco, El sendero de lo imposible, como la rumba La Plata o el zapateado Embrujo, compartido con el baile de Mercedes Ruiz. La bailaora fue también protagonista de la noche y sus intervenciones fueron bastante aplaudidas por un público que la adora. Apareció en dos ocasiones, la primera para rematar por seguiriyas y al compás de la batería de Coronel uno de los temas. De terciopelo azul y con esa firmeza que le caracteriza, arrancó los olés de la sala. La segunda para efectuar el zapateado Embrujo, esta vez ataviada con pantalón y chaquetilla gris y con esa elegancia innata que posee. Todo lo hace fácil, por más complicado que sea cada uno de sus pasos.

El nivel de complicidad de Santiago con los músicos se mantuvo durante toda la noche. Una simple mirada de Santiago hacia cualquiera de ellos denotaba un gran sentido del entendimiento. Prueba de ello fueron los fandangos de Huelva ejecutados, una verdadera amalgama de sonidos que aglutinaban de forma excelente el compás más tradicional con pinceladas de rock andaluz  y  connotaciones jazzísticas. Una mezcla que engrandeció más si cabe una velada esperanzadora.

Guitarra 'Amalgama'

Ficha técnica. Guitarra: Santiago Lara. Piano: Miguel Ángel López. Batería y percusión: Antonio Coronel. Colaboración especial: Mercedes Ruiz. Lugar: Sala Paúl. Día: 26 de febrero. Hora: 24,00 horas. Aforo: Lleno.       

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