Cristóbal Hara. Fotógrafo

"Aquí nos acomplejamos de nuestra propia cultura"

  • Con motivo del Festival de Jerez, la galería de Lamadrid Gómez ofrece por primera vez una exposición sobre flamenco, una muestra conjunta de Cristóbal Hara y Gilles Larrain

–¿Cuál es el origen de esta exposición?

–Son retratos flamencos que hice en 1975 porque me interesaba. Como no me he criado en España y esto era una cosa muy española, me apetecía reflejar el ambiente que hay alrededor del flamenco. Empecé a hacer esto y luego me fui a vivir a Inglaterra, así que es la primera vez que se exponen desde entonces e incluso la primera vez que se imprimen.

–¿Y le gusta el flamenco?

–Sí. Escucho flamenco, aunque no todos los días y tampoco soy un entendido. Los palos principales sí que sé distinguirlos.

–¿Cuál es el flamenco que le gusta escuchar?

–El más puro. En el coche tengo un disco de Capullo de Jerez que está muy bien producido y aunque no sea tan puro, es muy bueno, muy festero. Me gustan mucho por ejemplo Agujetas y La Piriñaca. El baile también, pero no muchas de las cosas que se están haciendo ahora, como por ejemplo Joaquín Cortés y Sara Baras. Me parece horrible.

–¿Por qué en blanco y negro esta exposición?

–Porque en aquella época el color no era serio. Se utilizaba sólo para publicidad. Lo que había un poco más serio en color era National Geographic, un poco más comercial y un fotógrafo de Magnum, Ernst Haas. La gente entonces pensaba que el color no se podía controlar, que tenía demasiadas variables que no se podían controlar.

–Sin embargo, usted ahora no hace fotografía en blanco y negro ¿Por qué?

–En 1985 me pasé al color y no he vuelto al blanco y negro porque con el blanco y negro no avanzaba. 

–Al sacar estas fotografías tantos años después, en que el flamenco y las figuras del flamenco son tan distintos a los de entonces, ¿qué se le ha pasado por la cabeza?

–Me ha dado pena de no haber continuado en esa época ese trabajo.

–Ha fotografiado fiestas populares, toreo rural y antes ha comentado que fotografió el flamenco porque le parecía una cosa “muy española”, ¿le gusta el folklore?

–A lo mejor alguien puede decir que soy un fotógrafo de tópicos porque me gustan las cosas españolas, pero no me gusta en absoluto el folklore. Voy a esos sitios porque puedo sacar imágenes de ahí, pero el folklore no me interesa mucho. Lo que me interesa es que a lo mejor hay imágenes que puedo llevar a mi terreno. Yo trabajo sobre la cultura española, pero hablo sobre la cultura española a mi manera, sin ningún complejo, no como los españoles que están todos acomplejados con las cosas españolas. El flamenco por ejemplo es una cosa universal y si tú miras por aquí por la calle empiezas a encontrarte a gente del flamenco que son cantaores relativamente buenos y no ven un duro. Es una vergüenza.

–¿Lo valoran más en el extranjero?

–Por supuesto. La cosa española se valora mucho más fuera que aquí. Aquí se dice: “¡bah, el tópico español!”, mientras que fuera lo ven muy interesante porque es distinto a lo americano.  

–¿A qué figura del flamenco retrataría hoy?

–A Paco de Lucía, que me parece un monstruo a nivel mundial.

–Como autor, ¿es de los que quieren decir algo con su fotografía?

–En absoluto. En la fotografía hay tres partes: hacer el trabajo, el trabajo terminado y la tercera es la utilización del trabajo. De esas tres partes, yo sólo me ocupo de la primera. El trabajo terminado se las tiene que arreglar solo. Para la venta o utilización del trabajo yo participo en lo que se puede, como ahora haciendo esta entrevista, pero no soy publicista.

–¿No le gusta ‘venderse’ entonces?

–¿Qué es venderse? Yo por no tener no tengo ni página web en Internet ni ordenador en casa.

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