Javier Barón, bailaor, coreógrafo, Premio Nacional de Danza 2008

"Si no hubiese sido bailaor, me habría dedicado a las motos"

—¿Qué tiene el Festival de Jerez que no tienen los demás?

—La primera vez que vine al Festival de Jerez me impresionó mucho la organización y el trato que se le da a los artistas. Además, el Teatro Villamarta es uno de los teatros de los que conservo buenos recuerdos.

—¿Cuál es el sitio más raro en el que ha actuado?

—Uno de los sitios más extraños en los que he actuado ha sido en Marruecos, en Rabat. Era un festival de verano al aire libre y cuando llegamos allí miré para arriba y vi en la azotea un tío con una escopeta. ¿Tú te crees que se puede bailar así?

—¿Con quién se daría una pataíta con Zapatero o con Rajoy?

—Uff, no sé, yo creo que me la pegaría con Zapatero.

—Si fuese político, ¿qué sería lo primero que cambiaría?

—No sé. Me gustaría que no hubiesen tantos problemas como hay ahora con la crisis, con tantas criaturas que no pueden pagar las hipotecas. Luego también erradicaría el hambre en el mundo. No puedo ver esas imágenes porque me ponen muy triste y me hacen sentirme impotente. Todo eso lo cambiaría.

—¿Qué palo le da más ‘palo’?

—(Risas) No veas cómo es la pregunta. Yo soy muy supersticioso y hay algunos que no los puedo hacer, son superiores a mí.

—Con la crisis, ¿el flamenco da para forrarse o para con tranquilidad llenar la nevera?

—Gracias a Dios me mantengo ahí y puedo llenar la nevera aunque no con lujos, porque a veces tengo que ir al Dia o a sitios más baratitos. Me gustaría trabajar en más sitios, pero bueno, no me puedo quejar porque me han dado el Premio Nacional de Danza y el Premio Nacional de la crítica.

—¿Hay algo que le dé ‘jindama’ en el flamenco actual?

—Me dan ‘jindama’ los críticos, el saber qué van a decir de lo que haces. Después lo sobrellevo, pero sí es verdad que me da ‘jindama’.

—¿A quién o qué se llevaría a una isla desierta?

—Unas botas me las tendría que llevar porque si no me pondría muy atacado. Luego, me llevaría también algo de ropa (risas).

—¿Qué artista le pone o le ponía más?

—La Madonna no está mal y la Tina Turner no veas. Luego, en el flamenco me pone Pilar López, aunque no la llegué a ver en directo. Sí que me impresionaron Antonio Gades, cuando le conocí en ‘Fuenteovejuna’ y por la amistad que hemos tenido, y Antonio ‘El Bailarín’ en la época del Ballet Nacional. Esos maestros me han puesto la piel de gallina.

—¿Quién da más el cante en el flamenco actual?

—¿En el flamenco actual? Bueno, en el buen sentido, da el cante Enrique Morente y Carmen Linares, son artistas que a mí me llenan.

—¿A quién o a qué le haría un desplante?

—Yo lo haría a lo que he dicho antes, al hambre que hay en el mundo. También se lo daría a algunas instituciones flamencas, como la Agencia o la Bienal, porque deberían volcarse muchísimo más en cuidar las cosas y en hacer más promociones. Veo la cosa muy ‘limitadilla’.

—¿De qué va usted por la vida?

—Yo voy de sencillo, de persona normal y de tener muchos amigos. A veces eso me complica la historieta porque el que me ve así le da un poco de rabia de cómo soy, de la naturalidad que tengo.

—De no haber sido artista, ¿qué otra profesión hubiese elegido?

—A las motos. Me gustan muchos las motos y no me hubiera importado ser piloto. El otro día en el programa ‘Las Mil y una Noches’ de Joaquín Petit me sacaron el tema y le dije: ‘Hombre, altura tengo, soy como Ángel Nieto’.

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