Festival de Jerez

El exótico encanto de Shoji Kojima

  • A sus 72 años, el ilustre maestro nipón, tras casi medio siglo de amor al flamenco, trae al Festival de Jerez ‘La celestina’, una obra en la que cuenta con la dirección artística y musical de Latorre y Chicuelo, respectivamente

Ni es la primera vez que viene una compañía extranjera al Festival de Jerez —Mami y Hiro, Michio, La Quica...— ni esperemos que sea la última. El flamenco, sobre todo desde su declaración como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, es de todos los seres que habitamos el planeta, sea cual sea su latitud, lo que significa que Tokio bien podría ser ahora tan cuna flamenca como Jerez o Triana porque allí nacen, crecen y se reproducen nuevos artistas y recreadores. Uno de los pioneros y paradigmas de lo anterior es Shoji Kojima, venerable maestro nipón y embajador del flamenco y la cultura española en el país del Sol Naciente, que presenta esta noche en el Villamarta, a sus 72 años, ‘La celestina’. Una ambiciosa revisión ‘sui generis’ del clásico que ha contado con la dirección y coreografías de Javier Latorre y la música de Juan Gómez ‘Chicuelo’.

21.00  h.

Teatro Villamarta        BALLET DE SHOJI KOJIMA: ‘LA CELESTINA’

Llega con la planta y la elegancia exquisita de los viejos maestros y los grandes artistas de otra época. Una corte de ayudantes y una nube de periodistas se arremolina en torno a la entrañable y encantadora figura de Shoji Kojima (Tukushima, Japón, 1939). Este ‘gitano japonés’, como le llegó a apodar Farina, arribó en España en el 66 a bordo del Transiberiano para hacerse bailaor en Amor de Dios y, tras casi medio siglo, de amor a la danza y al flamenco, “de muchas horas de estudio”, a fe que lo ha logrado. Esta noche presentará por primera vez en el Festival de Jerez un espectáculo propio, dentro de la que también será su primera gira por España. “Era un acto de justicia que Kojima estuviese en el Villamarta”, exclamó solemne Javier Latorre, director artístico de La celestina del ballet Kojima y un hombre emocionado ante el acontecimiento: “De los catorce años que de un modo u otro llevo colaborando con el Festival, lo que va a pasar mañana —hoy, para el lector— es lo mejor que me ha pasado”, dijo el maestro valenciano.

El espectáculo, con un elenco de más de una treintena de artistas —18 bailarines japoneses, cinco españoles y seis músicos—, es producto de la “obsesión” de Kojima por el clásico universal de Fernando de Rojas y “el germen de la muerte de tres genios como Pablo Picasso, Pablo Neruda y Pau Casals”. “En 1973 mi corazón se hunde —aludió Kojima en referencia a los fallecimientos en ese mismo año de estas tres fuentes de inspiración—, por lo que siempre pensé en dedicarles un espectáculo”. De este modo, el drama del siglo XV se construye a partir de la serie de grabados dedicados por Picasso a La celestina; los versos de Neruda; y las notas de Casals. Para unir todas las piezas del simbólico puzzle creativo del maestro japonés, que curiosamente interpreta a la alcahueta y trotaconventos, ha sido igual de fundamental la presencia de Chicuelo, tocaor y compositor catalán que lleva desde 1993 trabajando con Kojima. En este sentido, explicó Latorre jocoso, “el segundo paso que dimos tras tener clara la línea argumental fue el de siempre: ‘Chicuelo, socorro’; no has escuchado un cedé cuando ya te ha enviado el segundo, te bombardea con su música”.

Con Cristian Lozano y Esmeralda Manzanas en los papeles de la pareja de enamorados Calisto y Melibea, respectivamente, Kojima ha partido del texto dramático sin más contaminaciones de versiones anteriores y su objetivo, dijo, es que “el baile se sienta. No se trata sólo de explicar, sino que tiene que llegar, sentir su garra”. Respecto del japonés, Latorre lo describió como “una  de las personas más generosas que conozco”. Y agregó: “Es la primera obra que he montado en la que no hay ni un solo momento en el que diga ‘lo podía haber hecho de otra manera”. Por su parte, Chicuelo también se refirió al carácter “excepcional” de Kojima y desgranó el espectacular elenco artístico con que cuenta la producción. Desde el cante de Jesús Méndez y El Londro hasta el toque del catalán y el violín de Olvido Lanza, pasando por el chelo de Lito Iglesias y la percusión de Pedro Navarro. 

24.00  h.

Sala Compañía JESÚS FERNÁNDEZ: ‘ATADURAS’

Ataduras parte de una necesidad vital, íntima, por lo que básicamente es un espectáculo con altas dosis de introspección y búsqueda interior. Tras los agradecimientos de rigor, el ‘novísimo’ Jesús Fernández habló del montaje que subirá a medianoche a las tablas de la recoleta Sala Compañía. El gaditano, que abordó la “dificultad” de los jóvenes para “abrirse hueco” y “trabajar”, afirmó que la propuesta es “bastante honesta” y, simplemente, “muestra estados de ánimo por los que he pasado en todos estos años”. Miguel Rosendo, El Galli y Sonia Poveda serán algunos de sus acompañantes.

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