La crítica

Se hace camino al bailar

  • La sevillana María Pagés expone una obra ecléctica en la recta final del Festival

 María Pagés sueña y nos hace soñar con su baile. Imagina y recrea hasta conseguir elevarse y hacernos verla volar en un fundido como truco final con el que cierra su último espectáculo. Simbolismo y filosofía abrazan la danza de pies y brazos interminables de la sevillana. Puede aparentar cierto toque pretencioso arremolinar en torno a algo de por sí tan preñado de puro lirismo como es el flamenco a autores tan dispares como Baudelaire, Machado, Neruda o Cervantes, pero ese totum revolutum en el que parece convertirse por momentos Utopía, el trabajo que presentó anoche en Villamarta dentro del XVI Festival de Jerez, respira sensibilidad y sinceridad sin pedantería. Alma y sanas intenciones mucho antes que cualquier alarde intelectual insípido y desenfocado. 

Una abstracción plástica, onírica como decimos, donde, más allá de todos los poetas a los que cita la bailaora a través de las letras del cante, subyace una aproximación soterrada al pensamiento calderoniano de la vida como frenesí y ficción. Como un verdadero sueño dentro de una sociedad en clara decadencia y descomposición. Lo dice también la samba de Niemeyer, de quien toma prestado la artista ese concepto de la vida como curva donde nunca sabes lo que deparará el giro que se acomete en cada instante: "lo que importa, mientras estamos aquí, es la vida, la gente, abrazar... Cambiar el mundo. Y nada más", recuerda el poema del arquitecto brasileño de 104 años de edad, cincelador de aquella capital utópica a la altura del hombre en la que quiso convertir 'su' Brasilia. Esos versos son musicados en Utopía por el cantautor Fred Martins en directo y hablan de ese idealismo tan denostado en estos tiempos de crisis de ideas y valores antes que de otra cosa. Reflexión que se convierte en leit motiv del montaje de una creadora que danza al orden y al caos, a la efímera existencia, a la conciencia y al deseo, a la solidaridad... Que baila como nunca antes porque cada nuevo paso que da María Pagés es un nuevo camino que recorre y una huella que va dejando tras de sí. Como cuando se convierte por martinetes en el caminante machadiano, totalmente iluminada de rojo, o como cuando danza con bata de cola blanca con detalles negros por alegrías de Córdoba en la pieza final. De nuevo, vuelven sus poses de ave rapaz, de ser indómito. Posada sobre una media luna que hace juego con las tres líneas onduladas que conforman la escenografía hasta hacerse el eclipse total entre la bailaora y la arquitectura que sustenta su arte.

Danza grandilocuente pero sin ampulosidad, directa a la yugular de una emoción que es fría la mayor parte del tiempo. Aunque a veces merodee María la periferia, siempre acaba ofreciendo algún ramalazo que nos hace vibrar y nos toca hondo. Nos habla con su cuerpo de lo difícil que es ser fiel a las ideas, reabre el optimismo e incluso demuestra que tampoco hay que tomárselo todo tan en serio, con un bocado casi final por guajira (perfecto número donde también sobresale el trío de bailaoras con abanicos) y una vitalista y refrescante samba brasilera que saben deliciosos. Por lo demás, como es marca de la casa, exquisito vestuario, excelente puesta en escena y orden en los movimientos coreográficos de su fibroso y percutivo cuerpo de baile que hacen avanzar la propuesta con fluidez, agilidad y equilibrio. Su cimbreado de cintura emocionante, sus giros diagonales y longitudinales, sus contorsiones, su dominio de la estética y del espacio-tiempo... La Pagés de Autorretrato pero regalándonos aquí un baile que, tras la penumbra de su primera parte, se convierte en danza de esperanza y vida.

Baile

Utopía         

Compañía María Pagés. Baile: María Pagés, Isabel Rodríguez, Eva Varela, María Vega, José Barrios, José Antonio Jurado, Paco Berbel, Rubén Puertas. Cante: Ana Ramón, Ismael de la Rosa. Guitarra: Rubén Lebaniegos, José ‘Fyty’ Carrillo. Voces, guitarra y cavaquinho: Fred Martins. Chelo: Sergio Menem. Percusión: Chema Uriarte. Idea, dirección y coreografía: María Pagés. Coreografía farruca y asistente de coreografía: José Barrios. Música y arreglos: Rubén Lebaniegos, Fred Martins, Isaac Muñoz, José ‘Fyty’ Carrillo. Letras: Charles Baudelaire, Mario Benedetti, Miguel de Cervantes, Antonio Machado, Larbi El Harti, Pablo Neruda, Oscar Niemeyer, Marcelo Diniz, María Pagés, Fred Martins. Sonido: Albert Cortada. Iluminación: Pau Fullana. Escenografía y diseño de vestuario: María Pagés. Teñido y pintura de telas: María Calderón. Realización de escenografía: Eduardo Moreno. Realización de vestuario: Ángel Domingo. Suelo de baile: Harlequin Floors. Zapatería: Gallardo Dance. Lugar: Teatro Villamarta. Día: 9 de marzo. Aforo: Lleno.

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