javier latorre. COREÓGRAFO

"He vivido muy rápido, será porque hago lo que me gusta"

  • El artista valenciano celebrará sus 50 años encima de los escenarios con el estreno hoy de 'Flamenconautas', que será su montaje número 64

"Éste es el mejor festival del mundo y una panda de artistazos que se reúnen para mostrar lo mejor"

"Éste es el mejor festival del mundo y una panda de artistazos que se reúnen para mostrar lo mejor" / Miguel Ángel González

-Cumple usted 50 años encima de los escenarios. ¿Se han pasado muy rápido?

-Bueno, yo diría que sí. Ha sido una vida intensa, y creo que necesitaría otra para poder contarla (risas). Todo ha pasado muy rápido, y ya sabes, cuando uno se dedica a lo que le gusta, le falta tiempo. Ha sido rápida, intensa, variadísima en emociones, en situaciones, en logros y en fracasos, que también los hay. Creo que ha sido una vida privilegiada, y tengo la gran suerte de dedicarme a mi gran pasión, me pagan por ello y me tratan bien en todo el mundo.

-El estreno de una compañía internacional, ¿es la mejor manera de celebrarlo?

-Yo creo que sí, es un proyecto ambicioso, que nació hace un año y en el que creeemos todos.

-¿Hubiese preferido reponer algunos de sus espectáculos para festejar estas cinco décadas?

-No, yo nunca he sido una persona de reponer, y cada cosa que he hecho antes tuvo su momento, tuvo sus colaboradores imprescindibles y especiales para ese momento, y aparte, considero que el tiempo que me queda lo quiero usar para hacer cosas nuevas, no para revisarme a mí mismo. Mi trabajo no es cuestión de genialidad, es cuestión de currar. Yo me considero un currante y necesito estar continuamente haciendo cosas, y como resume bien esa frase que no sé quién la dijo, 'la genialidad es la capacidad infinita para superarse'. Yo me lo tomo por ahí y trato de sorprenderme a mí mismo y a los demás, pero no revisar mis highlights ni mis mejores momentos, entre otras cosas porque llevo montadas 64 obras y sería complicado.

-En estos días que lleva de montaje de 'Vamo' allá', ¿se le han venido muchos recuerdos a la memoria, sobre todo porque como dice este espectáculo lo forma gente que lo ha dejado todo para dedicarse al flamenco...

-Claro, cada momento. Está claro que en todos los montajes que uno hace se palpa la ilusión, pero este es especial porque estamos hablando de gente que seguramente no habría soñado nunca estar en el Villamarta en el Festival de Jerez y que para ellos es la experiencia más grande de su vida. Eso se respira desde por la mañana en el ensayo. Ellos no vienen a trabajar ni a ensayar, vienen como de vacaciones porque es la situación soñada para la inmensa mayoría de ellos.

-Usted se fue a Madrid con 15 años, supongo que sentiría sensaciones parecidas...

-Sí, aunque no me acuerdo demasiado. Sólo he intentado que los comportamientos que los demás tuvieron conmigo cuando dejé Valencia para dedicarme al baile, los tengan ellos ahora. Cuando llegué a Madrid fueron épocas duras, días de no comer, de dormir en el metro...pero no lo viví como una época mala, al contrario, yo estaba deseando que llegaran las nueve de la mañana para empezar a ensayar.

-Llevan afincados en Jerez más de un mes, ¿qué es lo que más le ha llamado la atención en el proceso de montaje?

-Bueno, no me puedo quedar con uno. He tratado de que prácticamente la totalidad de ellos tengan su momento de protagonismo, y como conozco a todos y a sus historias internar muy bien, y como sé lo que significa para ellos lo que están haciendo, cada momento es emocionante.

-Ha dicho usted que el flamenco no será patrimonio de la humanidad hasta que no haya cuatro o cinco compañías internacionales en festivales como la Bienal o éste...

-Sí, eso lo tengo claro. Es cuestión de que los artistas internacionales se lo crean, porque organizados sí que son más organizados que nosotros. Siempre he dicho que el flamenco es mucho genio para tan poca neurona (risas), entonces creo que ellos pueden aportar lo que aquí carecemos, siendo conscientes de que esto es un negociazo en cualquier parte del mundo, pero aquí, no sé por qué el flamenco no tiene industria. Son cuatro héroes solitarios que hay por el mundo haciendo sus historias, y jugándose su patrimonio y bueno, lo que quiero demostrar con esto es que haciendo las cosas bien se puede tener acceso a los grandes eventos, y que esto no debe ser una excepción sino que debería ser lo normal. Y para eso es importante que la gente de fuera deje de pensar como alumnos y empiecen a pensar como profesionales.

-Este tipo de apuestas, tan innovadoras pero a su vez tan arriesgadas, ¿es lo que ha diferenciado al Festival de Jerez de otros?

-El Festival de Jerez es la casa del baile, y es lógico que se apueste por el baile que es donde se cuecen las nuevas propuestas. Es difícil encontrar algo novedoso en instrumentación o en el cante. Aquí se mueven las ideas para talibanes y para no talibanes, y ahora mismo todo el mundo quiere estrenar en Jerez. A mí personalmente me hace ilusión estar en este proyecto porque debe ser una puerta abierta.

-La compañía cuenta con personas de 12 países distintos, ¿es difícil lidiar con gente de culturas tan dispares?

-Sinceramente no, porque la cultura es la flamenca. El lenguaje es el mismo para todos, los pies, los brazos, las cabezas...Ellos, a diferencia de nosotros, vienen predispuestos a adaptarse a nuestra cultura. A nivel de carácter sí se nota cada uno, porque las rusas son muy frías, las chinas no paran, los chilenos están de cachondeo...Pero eso va intrínseco a cada clima y donde se ha criado cada uno. Por lo demás, no hay problemas, mi trato con ellos es de padre, confesor, psicólogo, amigo y todo lo que necesiten.

-Para ir terminando. ¿El Festival de Jerez es un festivalillo de amiguetes y un estercolero....?

-El Festival de Jerez es algo que no se debe ni rozar. Tenemos el mejor festival del mundo y hay que cuidarlo. Es una panda de artistazos que se reúnen para mostrar lo mejor y el que no piense así, que no venga más.

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