Los templos laicos

De San Lorenzo a Nueva Zelanda

  • Casa Ricardo es conocido por el ambiente cofradiero como el templo de las croquetas

Croquetas de Casa Ricardo

Croquetas de Casa Ricardo / Álvaro Ochoa

Han tenido que transcurrir 32 años para que un turista de Nueva Zelanda llegue a la plaza de San Lorenzo y lo primero que haga sea preguntar por las croquetas de Casa Ricardo. Durante estos años, tanto Ricardo padre como hijo han ido dando forma a este templo laico de la gastronomía cofradiera. 

Ahora es Ricardo Núñez Romero el que se encarga de buscar un sitio en esas paredes repletas de recuerdos para colgar el siguiente. Entrar en la antigua "Casa Ovidio" es encontrarte con un museo de la Semana Santa que se ha ido completando con los años.

"En 1985, cuenta Ricardo, mi padre se hizo cargo del bar. Se dio cuenta que eran muchos los cofrades de las hermandades que habitan alrededor de San Lorenzo los que venían a tomar algo. Antes, este bar eran cuatro paredes vacías y mi padre las fue rellenando con fotos suyas y recuerdos que iban dejando los parroquianos". Y así, junto a su mujer y su hermana, Ricardo padre puso el germen de lo que ha llegado a estos días.

El boom de Casa Ricardo llegó cuando el padre decidió ver los toros desde la barrera. Su hijo, delineante de profesión, se quedó en paro y le ofrecieron llevar el bar. "Un día miré la gente que había en el bar y me di cuenta que tenía que llegar a más público". De esa forma, Ricardo decidió cambiar la carta de las tapas, añadiendo platos nuevos que pudieran atraer a otra clientela. "Que te conozcan por las croquetas pero que se queden por el solomillo al mozárabe, las mini hamburguesas o el atún".

Las redes sociales también han influido mucho en su promoción, tanto es así que Ricardo es incapaz de contestar a todas las menciones y comentarios que recibe al día, aunque lo intenta. 

Desde la barrera, Ricardo, el padre, echa una mano cuando hace falta y no es raro verlo preparando flamenquines en la barra. Allí sigue él, al pie del cañón y orgulloso y sorprendido con su hijo porque lo cierto es que al principio no sabía cómo iba a ir pero al final, las croquetas han llegado a Nueva Zelanda.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios