Cuando uno imagina las propiedades de una reina, se imagina castillos, joyas y un caro vestidor repleto de vestidos de gala y de diario de primeras firmas. Lo que no piensa es que también posea un centro comercial con una hamburguesería, tiendas y cafeterías. Pero este es el caso de Isabel II, quien posee su propio complejo de establecimientos en Oxford.
Se trata del Banbury Gateway Shopping Park, un centro comercial situado en un terreno que forma parte del denominado crown state, el patrimonio de la corona británica. A decir verdad, no es propiedad personal de la soberana, pero sus ganancias se destinan a su tesoro. Fue creado por una ley del Parlamento británico y está valorado en 2,4 billones de libras.
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